Crítica de la película 'Ella'

Ella

Un escritor solitario desarrolla una relación probable con el sistema operativo recién comprado que está diseñado para satisfacer todas sus necesidades.


Duración: 2 hr. 16 min.
País: Estados Unidos
Director: Spike Jonze
Guion: Spike Jonze
Reparto: Joaquin Phoenix, Scarlett Johansson, Amy Adams, Olivia Wilde

Crítica de la película 


El cine de Spike Jonze (Being John Malkovich, Adaptation) siempre se toma un tiempo para desarrollar ideas fortuitas. Para eso debe establecer el guion, las escenas y los personajes de una manera original. Pero ¿qué tan original? Bueno, si por original llamamos a un escritor solitario que tiene una relación sentimental con un sistema de inteligencia artificial que puede entenderlo, definitivamente estamos ante una.

Her es un drama romántico que raya en lo excéntrico, y no tiene miedo en mostrar la profundidad de la psicología de las relaciones humanas. Nunca habíamos visto un idilio de este calibre. Es el enamoramiento entre la ciencia-ficción y el romanticismo. Es sutil, inteligente, sentimental y, por encima de todo, nos ofrece actuación fenomenal de Joaquin Phoenix, una de las mejores en toda su carrera.

El desarrollo dramático del personaje de Phoenix es el núcleo de la historia. Y somos partícipes de una trama que se transforma en romance de ciencia-ficción. Comienza en un mundo futurista, en la ciudad de Los Ángeles, donde echamos un vistazo a la vida de Theodore Twombly (Joaquin Phoenix), un escritor solitario que recién ha salido de una relación turbulenta con su antigua cónyuge, Catherine (Rooney Mara). Él cree que la vida no tiene sentido porque ya lo ha sentido todo, pero todo cambia cuando compra un sistema operativo con capacidad de inteligencia artificial. Ese SO es Ella (Her), y la nombra Samantha (voz de Scarlett Johansson). Ellos se atraen. Y Samantha, inevitablemente, logra cambiar el pensamiento de Twombly con su personalidad, hasta el punto en que aflora una extraña relación entre ambos.

Esta relación de Theodore y Samantha es la piedra angular del relato, y debo admitir que son personajes verdaderamente peculiares. Samantha es un sistema operativo que trasciende en el ciberespacio por los caminos de la inteligencia artificial. Ella no comprende las emociones humanas, pero trata de emularlas para que Twombly se sienta bien. A pesar de no poseer un cuerpo físico, actúa como si sintiera. Theodore es un escritor aislado que disfruta de la soledad jugando videojuegos. Este señor con cara de nerd —bigote, lentes, cabello despeinado— busca respuestas a preguntas sobre el sentido de la vida. Pero ¿las podrá encontrar?

Conocemos un poco el pasado de Twombly a través de los flashbacks, los cuales nos dan un vistazo al génesis de su depresión. Para él la vida pasa a través de sus ojos con nihilismo, y la alexitimia le impide comprender las emociones de una relación. En su rostro hallamos todos esos atributos emocionales. Y Joaquin Phoenix, hace clic en la pestaña sensacional con esta interpretación. Tiene carisma para hacer que este personaje sea real, sobre todo en las escenas que presentan los largos monólogos.

Los diálogos entre Theodore y Samantha son el complemento de la película que nos pone a pensar. Pero no es solamente un romance tecnológico, es una alegoría que presenta la verdadera naturaleza de las relaciones humanas, escribiéndonos un testamento para el futuro. La condición psicológica de los protagonistas es una alegoría del aislamiento de una sociedad en la que pasamos más tiempo con aparatos tecnológicos que con cualquier otra persona. En cada escena nos dice que sentimos poco, pensamos demasiado. No estamos convirtiendo en ordenadores.

En esta película, Jonze deja claro que en un futuro no muy lejano tendremos ordenadores conscientes, dotados de sentimientos y que tendrán su propia personalidad. Tu mejor amigo será una computadora. Hablarás con ella. Te mirará la cara y sabrá reconocer tu estado de ánimo. Conocerá tu alma y tu corazón mejor que nada ni nadie. Todos estaremos solos. Es un filme encerrado en un cuarto de dolor y la única puerta es el aislamiento social. Hay escenas tocantes en las que reímos, lloramos, pensamos en lo que los personajes están transmitiendo: lágrimas de conmiseración.

¿Ajá? Y ¿un amorío cibernético tendría corazón? Quizá no, pero en un sentido metafórico, sí. Jonze, quien también escribió el guion, da un retrato sincero, con humor palpable, sobre el humano que no entiende las conexiones humanas y la inteligencia artificial que sí las entiende. En ese sentido es una paradoja futura, y ya que Her comunica la aglomeración de este concepto, creo que me he enamorado, virtualmente, de esta película.

8/10

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1 comentario:

  1. Definitivamente una muy buena pelicula. Vale la pena darle unos minutos para empezar a verla y engancharse.

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