Nueva ola es una película de Richard Linklater que, adoptando la poética del metacine, intenta homenajear el legado de Jean-Luc Godard en el proceso de la realización cinematográfica, especialmente en la recreación del rodaje de Sin aliento (1960) durante el apogeo de la Nueva Ola Francesa. Por la manera en que la presenta, deduzco que se trata de un experimento para aquellos cinéfilos que de vez en cuando se reúnen en una cadena de oración para celebrar a los mártires del famoso movimiento francés porque, a pesar del estilo visual sesentero en blanco y negro, Linklater ostenta su homenaje a la nouvelle vague con un tono excesivamente didáctico y unos personajes desabridos que, irónicamente, me dejan sin aliento cuando hablan más de lo necesario en el plató, dejándome con la sensación de que he desperdiciado cerca de dos horas con su ejercicio de autocomplacencia estética. Su argumento, ubicado en 1959, sigue a Godard en los días en que decide convertirse en director de cine y se dispone a rodar su primera película con la benevolencia del productor Georges de Beauregard, luego de atestiguar el éxito de cineastas como François Truffaut y Claude Chabrol —críticos de cine de Cahiers du Cinéma como él—, mientras convence a Jean-Paul Belmondo y a Jean Seberg para que sean los protagonistas, junto a un selecto equipo de rodaje que incluye al director de fotografía Raoul Coutard. En términos generales, esta narrativa parte de una premisa que, en teoría, tiene cierto potencial al perseguir las reglas del drama biográfico y la comedia aterrizada que se distingue en la filmografía del realizador texano. El problema central, no obstante, es que el guión opta por un desarrollo superficial de sus personajes que, a menudo, reduce las acciones más básicas a un abanico de situaciones circulares que mantiene el conflicto sobre facilismos y diálogos pretenciosos sobre las dificultades del rodaje, sin profundizar nunca en la psicología de cada uno de ellos más allá de las descripciones que giran alrededor de Godard sobre un collage perezoso de nombres y clichés biográficos. En este sentido, no encuentro otra cosa que una falta de cohesión narrativa que se pierde entre las conversaciones de Godard con Jacques Rivette y Éric Rohmer en la redacción de Cahiers du Cinéma; las decisiones rupturistas que toma Godard para decidir el encuadre antes de comenzar la filmación; los consejos que recibe Godard de directores emblemáticos como Roberto Rossellini, Jean-Pierre Melville y Robert Bresson; las indicaciones espontáneas de Godard para dirigir a Belmondo y a Seberg en las calles parisinas a plena luz del día. Las escenas tratan de esquematizar el caos de una filmación con la finalidad, supongo, de interrogar el oficio del director de cine, pero entendido como el delirio de un crítico de cine convertido en cineasta que, así como los suyos, busca pasar la tesis de la cinefilia vertical como síntoma de vanguardias rupturistas que lo inducen a hacer cine a partir de las experiencias posfílmicas. La actuación de Guillaume Marbeck logra, dentro de sus limitaciones, mimetizar la gestualidad de Godard a la hora de caminar y hablar con la pedantería intelectual, apoyado de sus gafas de montura gruesa y el cigarrillo en mano, pero, al igual que el resto del reparto, orbita las escenas sin aportar algo que lo interrogue. Linklater logra encuadrarlo en una estética que emula el cine de autor de los 60 en blanco y negro a través de la relación de aspecto 4:3, el plano general, el fuera de campo, la elipsis, el sonido diegético, la ruptura de la cuarta pared, y, ante todo, el uso del encuadre móvil de una cámara en mano de David Chambille cercana al cinéma vérité. Estos elementos poseen cierta eficacia, pero, por desgracia, no son más que accesorios cosméticos de un revisionismo blando que domestica la radicalidad para ofrecer una carta de amor nostálgica que traiciona el espíritu mismo de la nouvelle vague como manifiesto revolucionario del cine.
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Ficha técnica
Año: 2025
Duración: 1 hr. 46 min.
País: Francia
Director: Richard Linklater
Guion: Holly Gent Palmo, Richard Linklater, Laetitia Masson, Vincent Palmo Jr., Michèle Pétin
Música:
Fotografía: David Chambille
Reparto: Guillaume Marbeck, Zoey Deutch, Aubry Dullin, Bruno Dreyfurst
Calificación: 5/10






