Los Roses es una película en la que Jay Roach recupera las claves de la comedia romántica con la finalidad, supongo, de adaptar la novela de Warren Adler que, a la vez, ya había sido previamente adaptada en La guerra de los Roses (DeVito, 1989). Al margen de su homenaje que busca la reinvención, el metraje de más de una hora y cuarenta minutos me dejan con la sensación de que, a pesar de contar con interpretaciones decentes de Benedict Cumberbatch y Olivia Colman, es una comedia negra que simplemente carece de chispa y mordacidad en su trama predecible sobre crisis matrimonial, donde a menudo todo permanece bajo el tono inconsistente de un guión débil de Tony McNamara que nunca permite que el asunto de parejas sea divertido. Su argumento sigue las vicisitudes de Ivy y Theo Rose, una pareja británica que lleva una vida aparentemente feliz con sus dos hijos en California, pero cuya relación idílica se debilita cuando el esposo pierde su trabajo como arquitecto y la esposa, por el contrario, se vuelve exitosa como dueña de una cadena de restaurantes. En términos generales, la narrativa tiene un comienzo que me resulta interesante, en principio, cuando arregla el caso de la desintegración matrimonial sobre las bases de la comedia negra. El problema fundamental, no obstante, es que el guión descuida el desarrollo de los personajes de una manera apresurada y opta por mostrar sus miserias, más bien, sobre una superficie rebuscada que mantiene sus acciones estacionadas en una circularidad de facilismos y clichés, frecuentando una serie de lugares comunes que conducen a situaciones rutinarias que carecen de gancho. En este sentido, no me queda más remedio que permanecer abúlico al observar las inquietudes de Theo cuando asume el papel de un padre ejemplar y desempleado que desempeña las labores de crianza de los hijos mientras la esposa trabaja; la carrera exitosa en ascenso de Ivy como chef emprendedora de un negocio culinario; las discusiones constantes de Theo y Ivy que los obliga a competir para satisfacer sus ambiciones profesionales antes de firmar los papeles del divorcio. Los diálogos, que intentan ser irónicos, a veces caen en lo caricaturesco, con líneas que parecen sacadas de una sitcom barata. Y la falta de sutileza hace que las interacciones entre los personajes resulten pretenciosas porque, entre otras cosas, Roach solo utiliza la disputa para edificar un comentario sobre los roles de género, las relaciones de pareja y la tolerancia matrimonial, pero entendido como la ausencia de reconciliación de unos cónyuges que, por el egoísmo y la obsesión por el éxito, son conducidos a una espiral de resentimiento mutuo que los coloca en una balanza desequilibrada de irrespeto, incomunicación y prejuicios personales. Esta síntesis discursiva, además, trata de interrogar los roles de género al invertir los comportamientos socialmente estereotipados del hombre y la mujer dentro de la cultura del matrimonio, pero, en general, se conforma con reciclar fórmulas sobre matrimonios disfuncionales sin añadir una perspectiva fresca al contexto posmoderno de las dinámicas de poder en la era digital o las presiones del éxito profesional, dejando todo en un refrito de obviedades que, a fin de cuentas, no dice nada relevante en sus afanes progresistas. Colman y Cumberbatch demuestran cierta química con unas actuaciones aceptables. Colman interpreta a Ivy como una mujer decidida, ambiciosa, segura de sí misma, aunque está escrita de manera unidimensional, oscilando entre la ambición facilona y la mezquindad sin matices. Cumberbatch, por su parte, interpreta a Theo con una mezcla de arrogancia y fragilidad, pero muchas veces no se le da el espacio necesario para explorar la complejidad de un arquitecto caído en desgracia. Básicamente, Roach trata de encuadrarlos a ambos en una película quiere ser a la vez una sátira social, un melodrama y una comedia negra, pero cuyas intenciones, por desgracia, los deja solo como adornos cosméticos. Me parece, en última instancia, una comedia olvidable del director de La familia de mi novia.
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Ficha técnica
Año: 2025
Duración: 1 hr. 45 min.
País: Reino Unido
Director: Jay Roach
Guion: Tony McNamara
Música: Theodore Shapiro
Fotografía: Florian Hoffmeister
Reparto: Benedict Cumberbatch, Olivia Colman, Kate McKinnon, Andy Samberg, Ncuti Gatwa, Sunita Mani, Allison Janney
Calificación: 5/10