Una crónica de una década de duración que relata la cacería del terrorista de Al Qaeda, Osama bin Laden después de los acontecimientos de septiembre de 2001, y su muerte a manos de los SEAL de la Marina Equipo 06 en mayo 2011.
País: Estados Unidos
Director: Kathryn Bigelow
Guion: Mark Boal
Reparto: Jessica Chastain, Joel Edgerton, Taylor Kinney, Kyle Chandler, Jennifer Ehle, Mark Strong
Crítica de la película
Cuando leímos la noticia de la muerte del terrorista en el año 2011, nos preguntábamos cómo la directora Kathryn Bigelow reconstruiría en su forma cinematográfica los acontecimientos de la misión secreta para capturar a la persona más buscada del mundo. Lo habíamos pensado muchas veces. Pero ahora, después de ver esta película, Zero Dark Thirty, nos ha sacado de dudas dirigiendo un thriller histórico muy eficaz que nos mantenido pegados del asiento para ser testigos de la cacería de diez años de Osama Bin Laden.
Todos conocemos la noticia de este incidente, pero no sabemos qué pasó durante la operación. Esta película muestra los hechos, pero adaptándose desde el punto de vista del núcleo de la misión. Se convierte en un drama de espionaje intenso, que se puede catalogar como uno de los mejores de su género. Como pieza documental nos da un vistazo a una operación de más de una década de duración para cazar a uno de los hombres más buscados por los Estados Unidos.
La protagonista es Maya (Jessica Chastain), una agente de la C.I.A infiltrada en Pakistán que anda de paseo recolectando información confidencial que pueda llevar, a través de miembros de Al-Qaeda, a ubicar el paradero de Osama Bin Laden. La tarea comienza un poco complicada y se dificulta cada vez que los terroristas capturados dilatan la información o simplemente la desvían.
Debido a esto, Maya se enfrenta a sus superiores, los cuales cuestionan la efectividad de sus tácticas para analizar la data adquirida. A pesar de estar segura de las pistas, su jefe, Joseph Bradley (Kyle Chandler), ignora que haga algo. Los enfrentamientos internos que intercambia con sus superiores son inevitables. Su punto de vista es el de la central de inteligencia, por eso nos damos cuenta de cómo operan los agentes en el campo de acción.
Esta muchacha, Maya, es un personaje interesante por la manera en la que es interpretada por Jessica Chastain. Su actuación es convincente, dramática, natural. Sus gestos expresan las características de una mujer calculadora que, confiada en sus instintos, no tiene otra cosa que hacer en la vida que no sea la de alimentar su obsesión por capturar a Osama Bin Laden. Su motivación es una ametralladora con silenciador. Es el retrato psicológico de los efectos de la guerra.
El guion de Mark Boal compone el esqueleto de la película detallando un período de diez años con mucha eficacia. Nos satisface saber que la narración fluye como una marcha militar. Su fórmula es un poco similar a la que usó en The Hurt Locker. Y en el balance de tres actos, su personaje principal, que ahora es una mujer, jamás olvida el génesis de sus acciones. La obsesión es el motor de la trama.
La señora Bigelow no se anda con rodeos para exponer con agudeza la verdad de la truculencia humana en los tiempos de guerra. Sus escenas muestran el modus operandi de la C.I.A a la hora de manipular los terroristas aprehendidos, evidenciado con un realismo que da miedo. Las escenas son crudas, metódicas. Condena la forma en que los métodos de tortura son empleados.
Con una autoría implacable, Bigelow edifica una puesta en escena sólida, cargada de un suspenso que no cede el paso hasta acercarse al clímax de la misión. En su visión de la guerra, aunque parezca polémica, no hay manipulación abusiva. Su cine, de gran precisión narrativa, no quiere maniqueísmos para contar un relato extremadamente peligroso que quiere exponer la verdad a toda costa. El patriotismo simbólico es más que honesto.
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