Un profesor lleva una vida solitaria, a la vez que lucha por la custodia de su hijo. Su vida poco a poco mejora a medida que encuentra el amor y recibe buenas noticias de su hijo, pero su nueva suerte está a punto de ser brutalmente destrozada por una pequeña mentira inocente.
País: Dinamarca
Director: Thomas Vinterberg
Guion: Thomas Vinterberg
Reparto: Mads Mikkelsen, Alexandra Rapaport, Thomas Bo Larsen, Anne Louise Hassing
Crítica de la película
Conocido por sus dramas turbulentos donde una verdad destapa la crudeza en la vida de una familia, Thomas Vinterberg, esta vez, me atrapó con The Hunt (Jagten); un film donde irónicamente es la mentira que destapa la crudeza de un acto en la vida de una familia para degradarla moralmente.
Este es el tipo de drama que resulta soberbio al no exagerar la historia para impresionar. Y al mismo tiempo, con simpleza, sucumbe ante un relato estremecedor para lograrlo.
Esto queda evidenciado cuando hace énfasis a los escándalos que sacuden la sociedad contemporánea en el ámbito de los atropellos sexuales. Por eso nos describe la vida de Lucas (Mads Mikkelsen), un profesor de primaria que es acusado de abusar sexualmente de una menor de edad a causa de un malentendido, o mejor dicho, por la malinterpretación de un episodio y la falacia originada por la chiquilla perjudicada.
Lo que sigue después de ahí es una histeria colectiva entre los pueblerinos, pura histeria colectiva. Ésa es la metáfora que Vinterberg quiere expresar; y la aborda con firmeza y sin miramientos. Es decir, plantea cómo un asunto controversial pone en riesgo la confianza de una persona con los demás para luego de convertirse en víctima de la injusticia. Lucas es un personaje cuya vida se deteriora rápidamente por este hecho y, al sucederle eso, las personas que antes conocía comienzan a darle la espalda.
Es allí donde comienza la “cacería”. Los vecinos, los amigos, la amante, los familiares, el pueblo completo. Todos le caen encima a Lucas para aplastar su condición, la condición humana. Vinterbeg la explora con un compromiso de denuncia, replanteándose cuestiones como la solidaridad y la miseria humana para llenar al espectador de dudas.
Y vemos a un Mikkelsen angustiado, destrozado y atormentado con las emociones que transmite con Lucas. Si no me equivoco, esta es una de las mejores interpretaciones de su carrera y, si no lo es, pues es una de las mejores. Una prueba de esto es su galardón a mejor actor en Cannes.
Si pensamos detenidamente, esta es la película más sobresaliente de Thomas Vinterberg desde su controversial Festen (The Celebration). Tiene un montaje minucioso, pero es aceptable debido a que lo utiliza para narrar un enigmático estudio sobre la tropelía en la sociedad actual.
Esto no es un misterio, pero es un drama psicológico que a medida que avanza destapa ciertas dudas sobre lo que está sucediendo. Quizá Vinterberg lo deja al acecho del espectador, ya que además de la "mentira inocente", algunas pistas traslucidas generan huellas de que no se trate de una simple trola, sino que hay que descifrar la otra “verdad oculta” que el argumento está escondiendo en yuxtaposición a la otra cacería: la metáfora simbolizada cuando Lucas y sus amigos se van al bosque a cazar ciervos.
Son esos temas de psicología comunal y el simbolismo de la pérdida de la inocencia que hacen posible que La cacería sea un drama verdaderamente envolvente. Para mí funciona por esas temáticas, que muestran otra cara de nuestra sociedad con gran descaro.
Este es el tipo de drama que resulta soberbio al no exagerar la historia para impresionar. Y al mismo tiempo, con simpleza, sucumbe ante un relato estremecedor para lograrlo.
Esto queda evidenciado cuando hace énfasis a los escándalos que sacuden la sociedad contemporánea en el ámbito de los atropellos sexuales. Por eso nos describe la vida de Lucas (Mads Mikkelsen), un profesor de primaria que es acusado de abusar sexualmente de una menor de edad a causa de un malentendido, o mejor dicho, por la malinterpretación de un episodio y la falacia originada por la chiquilla perjudicada.
Lo que sigue después de ahí es una histeria colectiva entre los pueblerinos, pura histeria colectiva. Ésa es la metáfora que Vinterberg quiere expresar; y la aborda con firmeza y sin miramientos. Es decir, plantea cómo un asunto controversial pone en riesgo la confianza de una persona con los demás para luego de convertirse en víctima de la injusticia. Lucas es un personaje cuya vida se deteriora rápidamente por este hecho y, al sucederle eso, las personas que antes conocía comienzan a darle la espalda.
Es allí donde comienza la “cacería”. Los vecinos, los amigos, la amante, los familiares, el pueblo completo. Todos le caen encima a Lucas para aplastar su condición, la condición humana. Vinterbeg la explora con un compromiso de denuncia, replanteándose cuestiones como la solidaridad y la miseria humana para llenar al espectador de dudas.
Y vemos a un Mikkelsen angustiado, destrozado y atormentado con las emociones que transmite con Lucas. Si no me equivoco, esta es una de las mejores interpretaciones de su carrera y, si no lo es, pues es una de las mejores. Una prueba de esto es su galardón a mejor actor en Cannes.
Si pensamos detenidamente, esta es la película más sobresaliente de Thomas Vinterberg desde su controversial Festen (The Celebration). Tiene un montaje minucioso, pero es aceptable debido a que lo utiliza para narrar un enigmático estudio sobre la tropelía en la sociedad actual.
Esto no es un misterio, pero es un drama psicológico que a medida que avanza destapa ciertas dudas sobre lo que está sucediendo. Quizá Vinterberg lo deja al acecho del espectador, ya que además de la "mentira inocente", algunas pistas traslucidas generan huellas de que no se trate de una simple trola, sino que hay que descifrar la otra “verdad oculta” que el argumento está escondiendo en yuxtaposición a la otra cacería: la metáfora simbolizada cuando Lucas y sus amigos se van al bosque a cazar ciervos.
Son esos temas de psicología comunal y el simbolismo de la pérdida de la inocencia que hacen posible que La cacería sea un drama verdaderamente envolvente. Para mí funciona por esas temáticas, que muestran otra cara de nuestra sociedad con gran descaro.
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