Crítica de la película 'Antes de la medianoche'

Antes de la medianoche



Nos encontramos con Jesse y Celine después de nueve años en Grecia. Casi dos décadas han pasado desde su primer encuentro en el tren con destino a Viena.


Duración: 1 hr. 48 min.
País: Estados Unidos
Director: Richard Linklater
Guion: Richard Linklater
Reparto: Julie Delpy, Ethan Hawke

Crítica de la película 


Lo interesante de la inusual crónica de amor de Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy) reside en que hemos crecido con estos personajes, y nos sentimos atraídos hacia su peculiar manera de ver la vida. Este es un romance diferente, fuera del estereotipo. Siempre lo ha sido. La pasión, las emociones, la química que desprenden Ethan Hawke y Julie Delpy en la pantalla, se debe a la naturalidad con la que se expresan en las escenas. Se sienten naturales porque han interpretado a estos personajes tres veces en los últimos 18 años.

Con esta película, Before Midnight, continuación de Before Sunrise y Before Sunset, confirmamos que el director Richard Linklater cierra el capítulo de una de las mejores trilogías románticas en la historia del cine moderno. La película rompe el dogma convencional del género del romance. Y la relación de Jesse y Celine es formidable gracias a la combinación de todos los diálogos taimados que tiene el guion. Lo que dicen nos pone a pensar. Las conversaciones que sostienen mientras caminan nos han despertado reminiscencias de las dos películas anteriores, pero Linklater se cuida de no caer en la autoreferencia. Su cinta se siente fresca, genuina, como algo totalmente nuevo.

Esta vez nos encontramos con Jesse y Celine de vacaciones en Grecia. Han pasado nueve años desde su encuentro en Francia y casi dos décadas después de su primera cita en el tren con destino a Viena. Tienen niñas y son felices. Como pareja han madurado y se han convertido, literalmente, en todo lo que habían dicho que evitarían si estuviesen juntos: la incomprensión y las discusiones irracionales, pero lo que ellos no saben, es que su modo equilibrado de ver las relaciones humanas hace posible que puedan superar cualquier obstáculo sentimental por la intensa conexión que poseen.
 
Lo que hace tan especial a estos personajes es que sus pensamientos internos están conectados a base de la tolerancia, por eso se han llevado tan bien a lo largo de los años. Ambos carecen de proyecciones e ilusiones románticas. No idealizan el amor perfecto, sino que desean comprenderse por las imperfecciones. La ilusión de la libertad los ha seducido.

Con estos personajes, Linklater, quien ha coescrito el guion con Hawke y Delpy, amplía un estudio del compromiso y las relaciones de pareja. Explora la psicología y la intensa carga emocional a la que el hombre y la mujer deben enfrentarse en medio de la rutina. Su crónica de las relaciones amorosas es dramática, resonante, con los pies en la tierra. La relación de Jesse y Celine es una metáfora de la cotidianidad, las responsabilidades familiares y las infidelidades de las parejas.

La locación en Grecia es una alegoría de las tragedias amorosas de la antigüedad. La modernidad no le lleva mucho. La crisis de mediana edad entre Jesse y Celine puede ser vista también como una tarea para rescatar un maridaje que se derrumba por cursilerías parentales. Los recuerdos del pasado se han desvanecido. Nos muestra que el matrimonio es una terapia de paciencia. Los diálogos que recitan despiertan poesía.
 
Linklater ha realizado un romance del cual Éric Rohmer estaría orgulloso. Es la historia más poderosa de la trilogía. O eso parece. Hay inteligencia, melancolía, personajes de tres dimensiones. Es un drama familiar con una simpleza memorable. Esto le puede pasar a cualquiera. Podríamos esperar otros diez años para una nueva entrega.

 
8/10

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