Un cantante-compositor navega la escena de música Folk en Nueva York durante la década de 1960.
Duración: 1 hr. 44 min.
País: Estados Unidos
Director: Ethan Coen, Joel Coen
Guion: Ethan Coen, Joel Coen
Reparto: Oscar Isaac, Carey Mulligan, John Goodman, Garrett Hedlund, Justin Timberlake, F. Abraham Murray
Crítica de la película
Cuando espero una película de Ethan y Joel Coen, lo que menos espero es que sea inapetente, mucho menos con el historial de películas que tienen y las temáticas que presentan. Ahora que muestran la historia de un fracasado cantante de música folk, no sé si será alguna especie de ironía, pero se acercan al fastidio. Y es que, son demasiado pretenciosos con Inside Llewyn Davis.
Esta película es, en el buen sentido de la palabra, exasperante, extraña. Encuentro que cambia drásticamente los matices del cine de los Coen con las situaciones que se presentan en cada escena; y aunque su sello cinematográfico queda incrustado, incluso con la buena actuación de Oscar Isaac, no tiene esa energía ni el dinamismo que caracteriza el estilo de los Coen, por ende, termina repudiando nuestros ojos con misantropía y negación.
Dos atributos que se encuentran marcados en la terrible vida de Llewyn Davis (Oscar Isaac), un cantante de folk que recorre el vacío de su miserable vida en Greenwich Village, New York en el año 1961. Antes era famoso con éxito, pero ahora es un vago sin propósito que va de aquí para allá tocando en bares -por algunos dólares- para ganarse la vida. No tiene casa, duerme en el sofá de algunos amigos, anda con un gato prestado y en medio del abrumador invierno no tiene abrigo; sus relaciones románticas no son buenas, los jefes de las disqueras lo rechazan porque no tiene “talento” y su hermana no lo quiere. Su personalidad es una navaja que corta a las personas. En otras palabras: se lo está llevando el diablo.
Oscar Isaac hace el esfuerzo de crear un personaje. Su actuación está muy blanda; no causa impresión. Zambulle a Llewyn en la pena de su fracaso con un pesimismo que no se le quita de encima. Es una caricatura andante. No sabe a dónde ir ni de dónde vino; por eso el personaje ni siquiera sabe qué debe hacer. Todo lo que él sabe, es que está dando vueltas por la escena de la música folk porque así lo dictamina el guion.
Por esa razón, los Coen arriesgan la historia al insertar un personaje hastiado y testarudo que no cae del todo bien; o peor aún, tiene una personalidad desagradable específicamente diseñada para sofocar al espectador y dejarlo con la duda de: ¿Por qué lo hace? Gracias a esto, la progresión de la historia es lenta.
Sin embargo, la revelación de esta película no está en el tema de la musicalización ni en la vida de Llewyn Davis, sino en la atónita fotografía de Bruno Delbonnel. Él crea toda una atmósfera de melancolía en cada escena que comparte Llewyn Davis. Y lo hace para transmitir el eco sentimental del personaje. A veces denota un único tono de color: el frío. Y quizás tenga algunas líneas que causen risa, pero eso es. Es todo. Nada más. Aunque John Goodman y F. Murray Abraham lucen su veteranía actoral con sus diálogos estrafalarios. Me hicieron reír en cada uno de sus planos.
Por más metafórico que parezca, Inside Llewyn Davis, es un hastiado film sobre el descubrimiento de la culpa que no complace; y ya que fui culpable por verla, quizás por esa razón no me resulta atractiva. Los excesos de depresión que genera su agobiante mundo es solo un pretexto para victimizar al protagonista de la música country con cierto artificio y sin ningún tipo de fuerza emocional.
6/10
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