Crítica de la película
Los primeros minutos de intriga de Bridge of Spies me hicieron pensar en algo: en los últimos años las películas de Steven Spielberg han seguido una línea de textos históricos y políticos que, además de entretener, reflejan ciertos períodos de la historia de los Estados Unidos.
Viéndolo de otro ángulo, Bridge of Spies no es la excepción. Es un thriller de espionaje muy astuto que sigue la trayectoria de películas históricas de Spielberg, pero trasladándose a la época de la Guerra Fría, claro, junto a buenas actuaciones y una escenografía magnífica.
Pues Spielberg se deja de rodeos y comienza el drama en medio de la Guerra Fría, donde el abogado de seguros James Donovan (Tom Hanks) se ve involucrado en un caso jurídico que implica defender a Rudolf Abel (Mark Rylance), un oficial de inteligencia ruso infiltrado en suelo norteamericano acusado de robar información clasificada. Dada la presión de la sociedad, el caso se ve complicado.
Pero en el momento en que eso sucede, un piloto norteamericano, Francis Gary Power (Austin Stowell), es derribado en territorio ruso en un avión de espías U-2 y queda prisionero en la Unión Soviética. Esto causa que las tensiones entre Rusia y Estados Unidos se incrementen, por lo que el gobierno le asigna a Donovan la difícil tarea de negociar el trueque de los prisioneros.
La cosa es que a través del intercambio de diálogos entre Donovan y Abel entendemos que, a veces, el juicio moral es el acto más honesto que puede definir a una persona en un momento crítico. Donovan lo sabe, por eso en la película entera nos damos cuenta de que su rectitud ética no se deja persuadir de nada ni nadie, incluso en las circunstancias más duras.
Si bien la actuación de Mark Rylance como Abel se roba algunas escenas con su meditación profunda, es por la actuación de Tom Hanks que comprendemos el choque ideológico entre Rusia y Estados Unidos. Porque le otorga una solidez a Donovan que en ninguna escena pierde la convicción. Su interpretación le da vida a tal punto que sirve de enlace diplomático entre lo que se ve y lo que se plantea.
La película posee exactitud histórica porque está basada en hechos reales. Precisamente en el incidente U-2 1960, que es lo que se relata con las acciones de Donovan. Aunque la trama avanza rápidamente, todo el transcurso de los eventos sucede en un lapso de cinco años desde 1957 hasta 1962.
En ese tiempo, Spielberg captura la atmósfera de la Guerra Fría de una manera auténtica. Pues lo podríamos ver de mil formas y aun así la puesta en escena es espectacular. Tanto, que trata de asemejarse al estilo visual de las películas clásicas de Hollywood. Asimismo está bellamente fotografiada, los escenarios se mantienen fiel a la reproducción de la época en las escenas de Brooklyn y Berlín y el montaje la deja fluir con concisión.
Por eso diría que es lo más "John Le Carré" que Spielberg ha filmado, ya que usa casi la misma fórmula de espionaje para contar una maraña de espías durante la Guerra Fría. Incluso los discursos políticos sobre el patriotismo y el honor podrían servir como una alegoría de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Rusia hoy en día. O sea, la diplomacia es la clave en Bridge of Spies. Aquí no hay héroes ni villanos. Así que no esperen ni tiroteos ni bombas para quedar satisfechos.
Ficha técnica:
Duración: 2 hr 21 min.
País: Estados Unidos
Director: Steven Spielberg
Guion: Matt Charman, Ethan Coen, Joel Coen
Música: Thomas Newman
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan, Alan Alda, Scott Shepherd
7/10
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