Crítica de la película 'El último tour'

El último tour

La historia de la entrevista de cinco días entre el reportero de Rolling Stone David Lipsky y aclamado novelista David Foster Wallace, que tuvo lugar justo después de la publicación de la novela épica revolucionaria de Wallace de 1996 'La broma infinita'.

Crítica de la película 


La vida de David Foster Wallace era un enigma perdido en el laberinto de la depresión y de la duda existencial, tanto fuera como dentro de la vida pública. Como escritor era un hombre de carácter aislado, excéntrico, que prácticamente saltó a la fama cuando escribió "La Broma Infinita", una de las novelas más aclamadas de los últimos 30 años en la literatura de habla inglesa. Sin embargo, a pesar de todo el éxito y su inteligencia aguda, le faltaba algo. Su vida era el epítome de la angustia de una libertad que nunca estaba bien definida.

Aunque admito no lo conocía, su retrato en The End of the Tour hizo que me sintiera bastante intrigado por su extraña personalidad. Y lo logra con lo que sería la mejor actuación en la carrera de James Segel, el cual penetra con fuerza en la cabeza de David Foster Wallace para capturar todos los gestos, manías y monólogos que su personalidad emitía.

Asimismo, con un balance sutil entre la biografía y el drama muestra dos partes esenciales. Primero, la vida de David Foster Wallace (James Segel) como una persona de comportamiento errático y de aspecto descuidado, y segundo, como un novelista introspectivo que se enfrenta a la ansiedad que le produce la soledad; además de las conversaciones intelectuales que tiene con David Lipsky (Jesse Eisenberg), un reportero -y escritor poco conocido- de la revista Rolling Stone, que decide buscarlo para hacerle una entrevista.

En esa entrevista conversan de una gran cantidad de temas, desde la televisión y la fama, hasta la filosofía y la identidad. Con toda esa diversidad, Lipsky siente gran admiración por Wallace, y en el interviú la historia comienza a desarrollarse. Pero no es una entrevista como cualquier otra, sino que está siendo recordada por David Lipsky a través de las grabaciones que le hizo cuando lo entrevistó doce años atrás.

En este punto sabemos que el personaje principal ya ha fallecido, y la historia en sí, la mayor parte del tiempo, es contada desde el punto de vista de David Lipsky cuando escucha las conversaciones en la grabadora. Así que básicamente la grabadora es el narrador principal de la película, y la mente de David es simplemente la que provee las imágenes subjetivas. O sea, que vemos lo que el personaje está recordando.

Esta película es una reflexión casi poética de los conflictos internos que representa la vida, y se siente tan viva como todos los coloquios filosóficos que entablan Lipsky y Wallace. En cada escena, tienen una charla que engancha y que pone a pensar con la astucia de los diálogos; al mismo tiempo todo lo que dicen está tan lleno de humor como de tristeza.

En forma de película de carretera, James Ponsoldt muestra un estudio muy conmovedor sobre la amistad, la idolatría y el miedo a la sinceridad vista a través de los ojos de dos escritores, cuyas ideas se conectan en medio del viaje que emprenden, pero claro, con unas actuaciones brillantes de Eisenberg y Segel. Y eso es más que suficiente para decir que es una película formidable.


Ficha técnica:
Duración: 1 hr 45 min.
País: Estados Unidos
Director: James Ponsoldt
Guion: Donald Margulies
Música: Danny Elfman
Fotografía: Jakob Ihre
Reparto: Jesse Eisenberg, Jason Segel, Anna Chlumsky, Joan Cusack


7/10




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