Crítica de la película 'Copie Conforme'

Sinopsis: Un hombre y una mujer se conocen en un pequeño pueblo italiano del sur de la Toscana. Él es un escritor inglés que ha ido para dar una conferencia. Ella es una galerista francesa.

Ficha técnica
Título original: Copie Conforme
Año: 2010
Duración: 1 hr 46 min
País: Francia
Director: Abbas Kiarostami
Guion: Abbas Kiarostami
Fotografía: Luca Bigazzi
Reparto: Juliette Binoche, William Shimell,  Jean-Claude Carrière
Calificación: 7/10



Crítica de la película


Sin caer en esa idea descabellada de que no se puede considerar las comparaciones un insulto, se podría decir que el director iraní Abbas Kiarostami copia de Richard Linklater (Before Sunrise, Before Sunset) y de Roberto Rossellini (Viaggio in Italia) para escenificar una caminata romántica a través de una vereda existencialista que se apoya en muchos planos secuencias para fluir con prontitud. Porque, en efecto, en Copia Conforme es lo que se justiprecia desde el instante en que Juliette Binoche y William Shimell realizan su charloteo y la relación se desarrolla, sobre todo cuando vemos un parecido a la vida de Jesse y Celine y de Katherine y Alexander.

La química que comunican en el intercambio de los diálogos es lo que le da sentido a la trama de la película. James Miller (William Shimell) y Elle (Juliette Binoche) ahondan, con cada paso que dan, un romanticismo estoico que se encuentra aferrado a las culpas de un pasado inexistente. 

Él, es un escritor bohemio que se encuentra en la región de Toscana en Italia para promocionar su nuevo libro titulado: “Copia Conforme”, un libro que afirma que, en el arte, la autenticidad es irrelevante debido a que cada reproducción es una creación original e incluso el original es una copia de otra. Ella, por su parte, es una galerista de antigüedades y amante de las artes que se encuentra en Toscana con su hijo para buscar que el escritor autografíe su libro. Lo cierto es que ambos se reúnen a conversar y, a través de sus charlas sobre la vida y el arte, van conformando una historia de amor. 

Pero he aquí lo interesante: quizá todo es un juego de romance, o quizá no. Puede que los dos sean desconocidos que juegan a hacerse pasar por un matrimonio o se trata de un matrimonio que juega a hacerse pasar por dos desconocidos. En cualquiera de los dos casos, la metaficción muta los personajes para enfatizar el espejo de la verdad frente a la realidad que presenta la película, haciéndonos creer que están “copiando” la efigie de otras relaciones como medio de escape del orbe en el que viven. Así como en reiteradas ocasiones surge el coloquio en donde se defiende el valor de las copias artísticas frente a los originales.

Kiarostami, quien en sus películas ya ha utilizado el recurso narrativo para destacar el cine como reflejo de la verdad embustera, retuerce el relato con una complejidad que va más allá de lo que se ve en pantalla para diseccionar el estudio de las relaciones humanas. Y todo conduce a una creación original.

En la película de Kiarostami, los diálogos filosóficos y las actuaciones de Shimell y Binoche, estimulan nuestros sentidos con una resonancia emocional que por momentos es enigmática, pero que a la larga resulta absolutamente maravillosa al explayar el extraño vínculo que los une.





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