Ficha técnica
Año: 2017
Duración: 2 hr 00 min
País: Estados Unidos
Director: Craig Gillespie
Guion: Steven Rogers
Música: Peter Nashel
Fotografía: Nicolas Karakatsanis
Reparto: Margot Robbie, Sebastian Stan, Allison Janney, Bobby Cannavale
Crítica de la película
La historia de Tonya Harding es una de las más controversiales del patinaje artístico sobre hielo. Era una patinadora prodigiosa que tuvo un momento efímero de gloria, pero, lamentablemente, la desgracia producida por un escándalo en 1994 mandó su profesión al sendero de la tragedia. Tonya era una inadaptada en un mundo de princesas heladas. A pesar de ganar varios torneos y ser campeona nacional, se ganaba el repudio de los jueces durante muchas competiciones. Y esta excelente película, “I, Tonya”, es, por lo menos, la carta de redención que su vida merece.
La película es un drama biográfico que se enciende como el fuego, es emocionante y, a la vez, tragicómico. Está contada con el estilo visual de un falso documental, en el que los personajes ofrecen sus testimonios para construir la crónica de Tonya Harding desde distintos puntos de vista, en ocasiones rompiendo la cuarta pared para burlarse de los hechos. Es un retrato "hecho en América", que captura el ascenso y desplome de la protagonista con extraordinarias actuaciones de Margot Robbie y de Allison Janney.
En la cinta, Tonya Harding (Margot Robbie) es una muchacha que ha nacido con un don para el patinaje sobre el hielo, o al menos eso piensa su madre, LaVona Golden (Allison Janney), una camarera que ha gastado lo poco que tiene para que su hija sea una patinadora profesional. Como viven en la pobreza, su mamá confecciona los vestidos para que pueda participar en los torneos. Su madre, quien posee una personalidad estrambótica, abusa físicamente de Tonya con el fin de motivarla en las competencias y que endurezca su carácter. Son personas que, por las circunstancias socioeconómicas, anhelan el afamado sueño americano.
Es evidente que Tonya proviene de una familia disfuncional. Siempre es víctima de los problemas. Asimismo, tiene grandes ambiciones que luego se ven truncadas cuando se enamora de Jeff Gillooly (Sebastian Stan), un hombre caótico e impulsivo que recurre a la violencia doméstica para apaciguarla, aunque termina siendo su esposo. Con todas las dificultades que atraviesa, Tonya ingresa a los campeonatos nacionales de patinaje artístico sobre el hielo para alcanzar el éxito en las gélidas pistas de los Juegos Olímpicos de Invierno.
Cada personaje de esta película tiene una escena para brillar, porque el guion, estupendamente escrito por Steven Rogers, construye las acciones y los diálogos con una comicidad negra que sosiega la seriedad contenida en los sucesos reales. Como la falsa entrevista es narrada desde diversas perspectivas, somos testigos de unos relatos ingeniosos que pueden confundirse con las ideas contradictorias implícitas en el alboroto sensacionalista que involucra a Tonya.
Las actuaciones de la película son tan maravillosas que se quedan con nosotros una vez que ruedan los créditos. Allison Janney, en una de sus actuaciones más fenomenales, interpreta a LaVona con mucha peculiaridad, siendo la madre manipuladora cuya ambigüedad moral la convierte en un ícono inolvidable. Sebastian Stan aporta elocuencia y malevolencia como Jeff. Y Margot Robbie es el corazón de la película, pues ha entregado la mejor interpretación de su carrera, interpretando a Tonya como una chica irreverente, decidida, marcada por la violencia intrafamiliar y por las limitaciones para sobrevivir fuera del deporte que practica. Robbie ilumina la oscuridad Tonya, convenciéndonos de que, verdaderamente, es una heroína que ha luchado ante la adversidad.
El realizador Craig Gillespie (Lars and the Real Girl) encuadra la trágica existencia de una mujer que, por ser individualista y no seguir las reglas, es abusada por la presión mediática y por la frivolidad de una burocracia deportiva que evalúa la imagen social por encima de cualquier destreza atlética. Nos ha cautivado con secuencias vigorosas, y con una música que casi nos pone a bailar. Su película es melancólica, dramática y, sobre todo, muy entretenida. Lo más importante es que dignifica la figura de Tonya Harding, la patinadora que, finalmente, ha alcanzado el triunfo después de la derrota.
8/10
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