Ficha técnica
Año: 2017
Duración: 1 hr 56 min
País: Estados Unidos
Director: Steven Spielberg
Guion: Liz Hannah, Josh Singer
Música: John Williams
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Meryl Streep, Tom Hanks, Bruce Greenwood, Bob Odenkirk, Tracy Letts
Crítica de la película
A principios de los años 70, Daniel Ellsberg, un funcionario del Pentágono, se había robado documentos clasificados altamente secretos que contenían las marañas militares de los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. Los expedientes, empezaron a publicarse en las páginas de The New York Times y, posteriormente, en The Washington Post, a pesar de los intentos políticos del gobierno de Nixon para impedir que se publicaran. La polémica desatada por los "papeles del Pentágono" sacó a la luz pública un torbellino de mentiras de las administraciones de cuatro presidentes estadounidenses.
Esta película, The Post, es un drama periodístico que parte de estos hechos para narrar la crónica de unos periodistas que, sin titubeos, se enfrentan a una presión burocrática para exponer la verdad. Es una película en la que los personajes dialogan mucho, pero el ritmo vertiginoso con el que está filmada nos ha dejado enganchados. El dinamismo con el que Steven Spielberg narra cada escena logra que sea inquietante, sin olvidarse, por supuesto, de la mirada política del periodismo de investigación, algo parecido a All the President’s Men, de Alan J. Pakula, y que nos recuerda que en los últimos años sus cintas han tocado pequeños fragmentos de la historia de su país.
La trama se sitúa un par de años después de que Daniel Ellsberg (Matthew Rhys) se robara los archivos del Pentágono. En las oficinas de The Washington Post, el editor Ben Bradlee (Tom Hanks) y la heredera y dueña, Katharine Graham (Meryl Streep), discuten los temas relacionados a la competencia dentro del mundo editorial, reconociendo la importancia de fortalecer la institución imprimiendo artículos interesantes. Como Katherine carece de experiencia necesaria, toma consejos de veteranos como Bradlee, quien anhela que las portadas del diario tengan igual cobertura que las de The New York Times.
La carrera de Katharine, una señora timorata e indecisa, se ve afectada por un dilema ético. Además de ser una socialité que se rodea de la alta clase social, debe lidiar con el hecho de que Robert McNamara (Bruce Greenwood), un amigo cercano y figura de peso político, le comenta que The New York Times ha adquirido documentos clasificados para divulgarlos. Esta noticia llega a los oídos de Bradlee, quien también decide buscarlos para publicarlos en The Washington Post; sin embargo, espera la decisión de Katharine, quien evalúa las posibles consecuencias políticas si aprueba la impresión.
El relato de Katharine Graham nos ha parecido una metáfora de lo que significa ser mujer en una sociedad en la que hombres machistas escupen comentarios sexistas para manejar los problemas. Graham era una mujer que gozaba de una posición de liderazgo, pues defendió el periódico ante la opresión impuesta por la administración de Richard Nixon, además de ser una de las primeras editoras de uno de los grandes diarios. Y Meryl Streep aporta mesura a su actuación, interpretando a Katharine como una mujer vulnerable que luego se endurece como una piedra ante un entorno masculino. Su registro dramático es inconfundible.
No nos parece una coincidencia que Spielberg realice una película en la que hay un comentario feminista y un discurso de la ética del periodismo en tiempos de crisis, porque vemos, precisamente, un paralelismo con la agria relación que tiene la presidencia de Donald Trump con la prensa. La batalla entre los cronistas que publican una noticia escandalosa y el régimen que intenta censurar la veracidad es el centro de atención de su filme, aunque solo sea desde el punto de vista de los reporteros del Washington Post, pues como bien sabemos, tenían una eterna rivalidad con el New York Times.
De una forma sutil y evitando posibles maniqueos, Spielberg, quien por primera vez dirige un filme de periodismo, escrito por Liz Hannah y Josh Singer (coguionista de Spotlight), retrata la intensidad con la que se desenvuelven los periodistas tradicionales en el orbe de la redacción, pero también señala la relevancia que tiene el periodismo de investigación para aplastar a la posverdad y exponer los abusos de los gobernantes, una cosa que hoy en día está agonizando.
7/10
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