Ficha técnica
Año: 2018
Duración: 2 hr 20 min
País: Estados Unidos
Director: Steven Spielberg
Guion: Ernest Cline, Zak Penn
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, Mark Rylance, Simon Pegg,
Crítica de la película
En Ready Player One, la nueva película del prolífico rey de los blockbusters, Steven Spielberg, he sido testigo de una aventura frenética, una que presenta un futuro en el que los sujetos, molestos de su rutinaria existencia, se refugian en un recreo de realidad virtual para tener la oportunidad de ser cualquiera de esos personajes famosos que glorifican la cultura popular. Es un filme que, además de ser profético, es muy entretenido, pero, sobre todo, me recuerda aquellas películas y videojuegos que me han permitido soñar despierto para viajar a otras realidades.
La película, adaptada de la famosa novela de Ernest Cline, profesado geek que ama las videoconsolas de segunda generación (como Atari 2600), es un pase directo a la nostalgia de la cultura pop ochentera, aunque el amplio collage de referencias abarca la década de los 90 y las primeras décadas del siglo XXI. Los personajes que ostenta son jóvenes que acrecientan el ritmo de la trama.Y el arsenal estético posee efectos visuales que hacen que se sienta como un videojuego, en el que somos partícipes de las acciones del chico que se convierte en héroe, Parzival, cuando intenta completar una parte de OASIS, el sistema ilusorio que es el país de las maravillas para los humanos del año 2045.
En el mundo real Parzival no es más que un avatar, un alias que usa Wade Watts (Tye Sheridan) cuando se conecta al ciberespacio para jugar en OASIS. Wade es un joven común que anhela escapismo para olvidar el hecho de que vive en un suburbio empobrecido en Columbus, Ohio. Me cuenta que el orbe distópico en el que se encuentra son las secuelas del calentamiento global, de la sobrepoblación y de las dificultades socioeconómicas. Y Wade, como jugador experto de OASIS, dura más tiempo en el juego que en el mundo real.
La realidad simulada de OASIS es el medio de escape que tienen las personas para dejar de lado los problemas. Es una simulación virtual de la sociedad en la que los individuos pueden acceder a numerosas actividades por medio de unas gafas, donde una vez que se conectan se olvidan de su propia identidad. La ha creado James Halliday (Mark Rylance), un excéntrico diseñador de videojuegos adicto a la cultura de los 80 que ha dejado pistas al estilo de Rosebud en un juego escondido dentro de OASIS. Esto conduce a un premio gigantesco: un huevo de pascua (easter egg) que garantiza la apropiación del OASIS, algo que atrae a varios cazadores de huevo (egg hunters o gunters) para tratar de encontrarlo.
Los personajes secundarios tienen poco desarrollo porque la historia se narra desde el punto de vista de Wade, pero, indudablemente, se tolera, pues son interpretados con carisma, como si fueran los avatares de cualquier gamer. Wade es el protagonista usual del síndrome Spielberg, el adolescente ordinario envuelto en situaciones extraordinarias que, además de enfrentarse a los gunters que buscan el easter egg y algunos enemigos de la corporación IOI, descubre el valor que tiene la amistad y la honestidad cuando conoce a Aech (Lena Waithe), Daito (Win Morisaki), Sho (Philip Zhao) y a la misteriosa Art3mis (Olivia Cooke), reputados jugadores que ayudan a vigorizar el discurso de la fraternidad, de la madurez y del trabajo en equipo, tanto en la realidad como en el juego.
La película se enriquece con los guiños de personajes y objetos de varias décadas de la cultura popular. Me emociona ver homenajes a películas como King Kong (1933), Citizen Kane (1941), Alien (1979), Mad Max (1979), A Nightmare on Elm Street (1984), Back to the Future (1985), The Breakfast Club (1985), Ferris Bueller's Day Off (1986), Child’s Play (1988), Akira (1988), Say Anything... (1989), Terminator 2: Judgement Day (1991), Jurassic Park (1993), The Iron Giant (1999) y una inolvidable secuencia de The Shining (1980); personajes de las Tortugas Ninjas, de The Lord of The Rings, superhéroes de DC Comics (incluyendo a Batman, Joker, Harley Quinn, Batichica y Superman), Mechagodzilla y un robot del anime Mobile Suit Gundam. También aparecen, en su mayoría, alusiones de videojuegos como Space Invaders, Lara Croft de Tomb Raider, Goro de Mortal Kombat, Tracer de Overwatch, Ryu, Blanka, Chun-Li y Sagat de Street Fighter II, Sonic el Erizo y Master Chief de Halo.
No es una de las películas más ambiciosas de Spielberg, pero por la visión es muy disfrutable y que, aun siendo un simple producto de entretenimiento de más de dos horas, la ha concebido como una alegoría de la incomunicación humana creada por la tecnología, resaltando los riesgos de la falsa utopía frente a la vida real. Me ha hecho pensar que la realidad virtual será la evolución del cine, de los videojuegos y de la misma sociedad o, tal y como dice Wade: “Un mundo donde los límites de la realidad son los de tu propia imaginación”. El verdadero oasis no está muy lejos.
7/10
0 comments:
Publicar un comentario