Este drama romántico de la directora alemana Maren Ade me recuerda, con la forma en que encuadra a los protagonistas, esa estética del cine de Rohmer en el que el idilio de verano se convierte en un lienzo para dos pintado a merced de los diálogos filosóficos. Pero aquí no funcionan ni los diálogos ni los dos protagonistas. El recuerdo me ayuda a olvidar la enorme vacuidad que atestiguo. Percibo el pastiche en la historia de la pareja alemana que se quieren mucho y que también se odian. Ellos modelan un estudio sobre las relaciones de pareja desde la óptica de una muchacha enamorada de los usuales cambios de ánimo, de la sexualidad y de las ansias de libertad. Y se revelan cosas como las ataduras de la esclavitud posmoderna, el individualismo y la feminidad. Pero no pasa absolutamente nada en la cotidianidad de esta gente, sus conversaciones me aburren. El ritmo tiene efectos dormitivos. Es una película sin muchas dimensiones dramáticas.
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Calificación: 5/10
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