Ficha técnica
Año: 2007
Duración: 1 hr 55 min
País: Estados Unidos
Director: Tamara Jenkins
Guion: Tamara Jenkins
Música: Stephen Trask
Fotografía: W. Mott Hupfel III
Reparto: Philip Seymour Hoffman, Laura Linney, Philip Bosco, Peter Friedman,
Calificación: 7/10
Crítica breve de la película
Escrita y dirigida por la directora Tamara Jenkins, esta comedia dramática consigue contagiarme de emotividad cuando narra la historia de los dos hermanos que, a pesar de no haberse visto durante años, se ven obligados a coexistir nuevamente como una familia para cuidar al padre enfermo al que, igualmente, no veían desde hace veinte años. Los personajes provienen, como se revela, de un núcleo familiar disfuncional que los ha mantenido en un estado perpetuo de culpa, sufrimiento y aislamiento, en parte por la carencia de afecto y el maltrato que recibieron en un pasado remoto (tanto el irascible padre como los hijos). Incluso fueron abandonados por la madre a una edad temprana. Aunque lo disimulan, Wendy y Jon, como se llaman los protagonistas, no se relacionan con nadie por las heridas emocionales del pasado, pero no abandonan la esperanza de cambiar. El relato es muy conmovedor, agridulce, contado con elementos dramáticos que reparten los momentos entre el realismo y lo tragicómico. Me río, me entristezco y también reflexiono con los protagonistas que interpretan estupendamente Laura Linney y Philip Seymour Hoffman, hasta el punto de sentir su dolor. En el tiempo en que ellos están allí acompañando a su padre en los últimos días de su vida, Jenkins elabora un comentario muy escueto sobre las responsabilidades familiares, las consecuencias de la incomunicación familiar y los vínculos parentales resquebrajados por las obligaciones de la cotidianidad, además de breves subtextos sobre las dificultades del envejecimiento y el cuidado de los señores en los hogares de ancianos. El ritmo es parsimonioso, los diálogos tienen inclinación por la sobriedad, la puesta en escena evita a toda costa las pretensiones baratas. Es una película cautivadora.
muy de acuerdo, al final gracias a ese acompañamiento con el padre y entre ellos mejoran sus relaciones personales de ambos (el con la polaca y ella con su pseudoamante a través del perro); y sirve como correa de transmisión para sus caminos profesionales
ResponderBorrarEs una redención acertada para una familia disfuncional que ha tenido tantas heridas pasadas.
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