Crítica de 'Prótesis': insectos, extremidades y humor negro

Este año el cine puertorriqueño se apunta de lleno en la carrera de la competitividad cinematográfica que abraza las aguas caribeñas, quizá para rememorar aquellos tiempos en los que Jacobo Morales ponía a la isla en lo alto transitando por los festivales de cine internacional. Prótesis es una película que encaja fácilmente en esa competencia y está destinada a exhibirse en los festivales de cine.

La película, dirigida por el debutante Ariel Annexy Labault —y firmada por un guion del mismo Annexy en colaboración con Eduardo L. Fabián, Juan Carlos Jorge, Gisela Rosario y Gina M. Vélez Martínez—, supone una bocanada de aire fresco a la comicidad que se ve por estos rumbos. Se trata de una comedia que utiliza los mecanismos genéricos a su favor, con una simplicidad contagiosa, cargada de un ritmo que decae en pocas escenas, además de contar con una estética de metacine que ofrece un ligero homenaje al proceso de realización fílmica. Aglutina estupendamente la farsa del absurdo con el humor negro para narrar la historia de un joven introvertido llamado Marcos que intenta escapar a los traumas de un pasado que le impide adaptarse a los cambios de la adultez.

El argumento de la película relata la existencia de Marcos desde que era un niño muy curioso por la naturaleza de los insectos, disfrutando jugar con centenares de ellos en el laboratorio de entomología de su padre. Un día sufre un accidente que cambia su vida para siempre y le da un giro psicológico que llega hasta su etapa de adulto. Marcos (Carlos Rivera Marchand) es un individuo introspectivo, tímido, meticuloso, ensimismado en un mundo que lo mantiene encerrado, al margen de las cosas que lo rodean. En ese tiempo, Marcos trabaja junto a Aguirre (Emmanuel "Sunshine" Logroño) en una tienda prostética en la que cada rincón está adornado con piernas y brazos prostéticos. Allí lidia contra sus recuerdos, pero el día menos pensado se encuentra un cadáver en una silla y se inicia la hecatombe, donde tiene que armarse de valor para enfrentar las desilusiones imprevistas, incluyendo las relaciones familiares, la gente entrometida del barrio en el que se filma una película de zombis, los clientes que anhelan prótesis especiales y la llegada inesperada del amor.


Carlos Rivera Marchand en un fotograma de la película. Foto cortesía de Producciones Cabeza.


Las actuaciones de la película, dentro del contexto en que se describe las acciones de los personajes, son correctas y muy acertadas; destacándose Carlos Rivera Marchand como el asustadizo y atormentado Marcos, Denise Quiñones como la extrovertida estilista que tiene una química maravillosa con Marcos, Yamil Collazo Díaz como el entrometido pedro (el personaje más hilarante del relato) y el enamoradizo señor Aguirre que interpreta Sunshine Logroño. Son actores que interpretan a personajes con los que se pasa un rato agradable durante una hora y media de metraje.

Aunque la película tiene un arranque algo precipitado introduciendo la raíz que traza la psicología de Marcos, Annexy sujeta la narrativa a una cohesión interna que nunca deja de aportar información relevante para el desarrollo del protagonista. Toda la narración sucede casi desde el punto de vista de Marcos. Lo comunica con elementos visuales y sonoros como el primer plano, el plano medio, el plano general, el plano-contraplano, planos de insertos que representan pensamientos íntimos atados al perfil de los insectos, el sonido y la música diegética que insinúa estados de ánimo, el picado-contrapicado que responde a situaciones concretas de tensión o de inseguridad, el uso narrativo del color, elipsis sutiles que modelan los miedos intrínsecos (cristales rotos, fuego simbólico, rostros sumergidos en un mar de sangre, etc.) y la analepsis que ayuda a comprender el núcleo familiar de Marcos. Sus componentes estéticos  hacen que la película sea placentera.


Carlos Rivera Marchand y Denise Quiñones en un fotograma de la película. Foto cortesía de Producciones Cabeza.

Prótesis es una comedia entretenida, mordaz y muy lacónica retratando el significado de la culpa y la falta de afecto que, a modo de metáfora, cubre cada escena de los personajes que ostenta. La prótesis, la peluca, o cualquier tipo de atrezo, simbolizan la máscara acariciada por las personas para ocultar por debajo las heridas del pasado que paralizan cualquier intento de ajustarse a la cotidianidad y a las contrariedades sociales facturadas por la adultez, la necesidad de encontrar las partes ausentes en sus vidas. Por momentos mezcla géneros como el suspenso, el terror y el drama. Cuenta con una grata labor de montaje de Pedro Muñiz López, un estilo visual depurado y muy colorido fotografiado por la lente de Heixan Robles y una música empática de Sie7e. Representa, sin duda alguna, un debut satisfactorio del director Ariel Annexy Labault.

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Ficha técnica
Año: 2019
Duración: 1 hr 33 min
País: Puerto Rico
Director: Ariel Annexy Labault
Guion: Ariel Annexy Labault, Eduardo Fabian, Juan Carlos Jorge, Gisela Rosario Ramos, Gina Vélez
Música: David Rodríguez Labault
Fotografía: Heixan Robles
Reparto:  Carlos Rivera Marchand, Denise Quiñones, Sunshine Logroño
Calificación: 7/10


Tráiler de la película


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