Ficha técnica
Título original: The Art of Self-Defense
Año: 2019
Duración: 1 hr 44 min
País: Estados Unidos
Director: Riley Stearns
Guion: Riley Stearns
Música: Heather McIntosh
Fotografía: Michael Ragen
Reparto: Jesse Eisenberg, Alessandro Nivola, Imogen Poots,
Calificación: 7/10
Crítica breve de la película
Me llevo una sorpresa al ver 'El arte de defenderse', la segunda película como director de Riley Stearns. Me parece una locura. Es extrañísima. Como una mezcla entre 'Fight Club' y 'Karate Kid'. Se trata de una comedia negra bien retorcida que conjunta minusculamente el drama y el thriller criminal para contar algo ligeramente peculiar. Relata la historia de un hombre tímido llamado Casey, el cual aparentemente se encuentra decepcionado por los efectos de la esclavitud del salario, y, también, por una inseguridad que no le permite encajar adecuadamente en los círculos sociales. Es el típico perdedor, el débil al que nada le sale bien. Un día, caminando solo por la calle para comprar algo, es atacado por unos motociclistas misteriosos. Para remediarlo, se inscribe en un dojo de karate dirigido por un sensei muy siniestro que le enseña a defenderse con métodos muy sucios. Es a partir de ahí cuando la película verdaderamente funciona. Disfruto mucho al ver al pobre protagonista en las clases de karatecas adaptándose a las reglas, a las anécdotas y la autoridad del maestro, al adoctrinamiento falso de la virilidad, a la amistad con sus amigos Henry y Anna, a la ira soterrada a punto de hacer erupción, a las técnicas mortíferas para derrotar al oponente rápidamente. Cuenta con diálogos repletos de ironía, un uso inteligente del color, personajes espontáneos y una trama que, a pesar de que puede ser previsible, no deja de ser coherente. El ritmo es contagioso. Me río mucho con lo que sucede y me asombran los giros de tuerca. Se destacan las estupendas actuaciones de Jesse Eisenberg como el inseguro protagonista condenado a la cinta amarilla, Imogen Poots como la mujer karateca que exige sus derechos y Alessandro Nivola como el elocuente y machista jefe del dojo. En sus apuntes se preservan discursos sobre la redención, la intolerancia, los temores intrínsecos y las contradicciones de la masculinidad tóxica. Me resulta muy entretenida.
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