Crítica breve de la película Las aventuras de Dollie (1908)

'Las aventuras de Dollie' es un cortometraje mudo que supone el debut como director de D.W. Griffith para la Biograph Company. La filma junto a su director de fotografía predilecto, Billy Bitzer. Tuve la oportunidad de verlo en el catálogo en línea de la Librería del Congreso de los Estados Unidos. Y vale la pena analizarlo por cuestiones de carácter histórico. Aunque encuentro correcta la forma en la que narra el relato, no me parece que tenga la pujanza que está presente en otros cortos del período y, sobre todo, de la filmografía temprana de Griffith. Lo protagonizan Arthur V. Johnson y Linda Arvidson, la esposa de Griffith. Ellos interpretan a un padre y a una madre que un día de verano cualquiera se van de paseo con su hija, Dollie, para disfrutar de la naturaleza a orillas de un río. El padre sale un momento fuera de campo para buscar algo, dejando solas a su esposa y a Dollie. En ese momento, un vendedor ambulante gitano intenta aprovecharse de la situación para robarle las pertenencias, pero es detenido por el padre, que llega justo a tiempo para golpearlo. Tiempo después, Dollie juega con su padre, pero al dejarla sola nuevamente, es secuestrada por el gitano y su esposa, quienes ahora la esconden en un barril que, para colmo, termina cayendo al río con la pequeña en el interior. La narrativa es, a mi entender, ligeramente previsible, funcionando casi siempre con los mecanismos teatrales y melodramáticos comunes de la época, añadiendo la moraleja como hilo conductor de la trama. Griffith encuadra la acción con el gran plano general, y preserva el ritmo en un metraje de doce minutos con una acertada continuidad. Emplea el montaje de tiempos alternativos con cierta timidez, pero se nota claramente la técnica que luego se convertiría en maestría. Es una película aceptable del padre del cine moderno.

Calificación: 6/10


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