'El año que mis padres se fueron de vacaciones', del director brasileño Cao Hamburger, es una película de mayoría de edad que a mi parecer tiene un inicio interesante con la historia del niño judío en los tiempos de la dictadura. Pero la poca empatía que me transmite la apertura del relato de mayoría de edad, se desvanece cuando soy testigo de la trivialidad de la inocencia, de la sensiblería calculada, obligándome a replantear lo que observo cada vez que surge el desgastado discurso sobre la crisis política que se halla fuera de campo. El protagonista es Mauro, un chaval de 12 años que se ve obligado a vivir con su abuelo judío, Shlomo, una vez que sus padres, fieles partidarios de izquierda, se van de vacaciones para nunca regresar. La primera mitad es muy peculiar cuando las travesuras de Mauro lo llevan a jugar por las calles del vecindario, demostrando la pasión que tiene por el fútbol al ver a sus ídolos por televisión, sintiendo la incomunicación del abuelo, haciendo amistad con la pequeña Hanna y sus compañeros. Como toda la acción se construye desde la óptica del chiquillo, pasa muy poca cosa fuera del microcosmo de la infancia. Mauro está bien interpretado Michel Joelsas, así como también se destaca Daniela Piepszyk como Hanna. Son convincentes transmitiendo las inquietudes emocionales de sus personajes. Asimismo, rescato el tratamiento estético del color azul para subrayar cuestiones relacionadas a la confianza y la ingenuidad. Mi problema, no obstante, radica en el comentario social, que se vuelve algo insustancial cuando recurre a la alegoría, representada por la Copa Mundial de Fútbol de 1970, para examinar la dura represión política durante el régimen de Médici y la esperanza de toda una nación. No sé a quién el director le ha robado la idea, pero me da la impresión de que esa narrativa me la han contado en varias ocasiones.
Streaming en:
Calificación: 6/10
0 comments:
Publicar un comentario