La película más reciente en el catálogo de Hulu, Palm Springs, es una comedia romántica muy divertida que añade algo de frescura a la fantasía de los bucles temporales.
No sé cómo es que funciona el cerebro humano, pero en algunas ocasiones me veo atraído por la idea abstracta de que todos los días son iguales, una especie de repetición que constantemente varía por las acciones mundanas en la vida cotidiana. Las causas producen los efectos. Si no nos moviésemos ni actuáramos ante ninguna situación, todo fuese estático y el día se transformaría por defecto en un círculo vicioso tan vacío como anodino, convirtiendo la existencia en un capítulo desestimable. En el cine lo he visionado en muchas ficciones que se acercan al concepto con mecanismos narrativos relacionados a la lógica temporal. Le dicen bucles en el tiempo. Una película muy ingeniosa alberga esa concepción y es una de mis comedias favoritas protagonizadas por Bill Murray y dirigida por Harold Ramis. Se trata de El día de la marmota, en la que un reportero del tiempo de una cadena de televisión, luego de una tormenta, se queda viviendo el mismo día festivo una y otra vez en una pequeña localidad hasta el punto en que ya no le importa nada. Nunca había visto nada semejante.
No esperaba que el tropo funcionara en esta época, sobre todo luego de ser explotado en películas como Código fuente y Al filo del mañana, pero buscando en los catálogos en línea de la actualidad me llevo una agradable sorpresa viendo Palm Springs, una comedia romántica que recoge la paradoja de los bucles temporales con ingenio, gracia y una diversión que nunca pierde el efecto con la pareja atrapada en el eterno retorno del amor. El estilo visual es tan colorido que parece sacado de un lienzo de Hockney. Tengo entendido que la película es el debut como director de Max Barbakow y, a la fecha, es uno de los estrenos más vistos en la plataforma de Hulu. Aunque emplea las convenciones usuales del romance y la fantasía, me resulta novedosa por las circunstancias inesperadas a la que se exponen los protagonistas al no poder escapar de un día que se repite indefinidamente durante una hora y media.
Andy Samberg como Nyles. Imagen cortesía de Hulu. |
La historia comienza cuando el protagonista, Nyles (Andy Samberg), se despierta junto a su novia Misty (Meredith Hagner) del día de la boda de Tala (Camila Mendes) y Abe (Tyler Hoechlin) en una lujosa mansión en las afueras de Palm Springs, California. Nyles es un tipo despreocupado, sarcástico y algo rebelde que se toma las cosas a la ligera y responde a todo el mundo con cierto cinismo, como si conociera la personalidad de todos los invitados. Durante el día se la pasa disfrutando en las aguas de una cristalina piscina. En la recepción, agarra el micrófono apresuradamente para pronunciar un discurso en nombre de Sarah (Cristin Milioti), la dama de honor y hermana de Tala que no puede hablar por estar borracha. Ella es el interés amoroso de Nyles, pero también es una mujer fuerte, independiente y con la mente muy abierta.
Durante la noche, Nyles y Sarah conversan bajo la luz de la luna, y en un momento determinado los avances terminan casi en relaciones sexuales encima de una roca. Justo en ese instante, Nyles recibe un disparo en el hombro con una flecha de un hombre misterioso vestido de militar llamado Roy (J. K. Simmons), el cual tiene la intención de matarlo. Roy desaparece en medio de una cueva que emite una luz extraña. Y el herido Nyles se arrastra hacia la entrada, advirtiendo a Sarah que no lo siga por ninguna razón. Sarah entra y es absorbida por el portal. Luego de un fundido a negro, ambos se despiertan, de nuevo, el día 9 de noviembre.
Andy Samberg y Cristin Milioti. Imagen de Hulu. |
A partir de esa escena, el arranque de la película se transforma en una catarsis muy sorpresiva con esos personajes que, aparentemente, se hallan aprisionados en un ciclo espaciotemporal y están condenados a perpetuidad a repetir una y otra vez el mismo día sin posibilidad alguna de que se termine ni siquiera con la muerte. El manejo de la elipsis los coloca en situaciones esperpénticas que nunca abandonan el sentido de ironía y regodeo.
En un principio, la narración asume el punto de vista de Nyles para mostrar, supongo, sus experiencias retornando al mismo lugar en el que se desarrolla la acción, ocultando debajo de la frívola expresión y la playera hawaiana la soledad y el terrible agotamiento existencial producido por la monotonía de retornar al redondel de la insignificancia. Al estar atrapado durante tanto tiempo (posiblemente años), Nyles ha perdido lentamente su sensibilidad, dejando que el nihilismo se apodere de sus pensamientos, rechazando la moralidad, viendo la vida como un episodio insignificante. Por otro lado, la narrativa se enriquece al mostrar también la perspectiva de Sarah, la cual se muestra preocupada porque no puede salir de los límites de ese día, intentando corregir su desesperación poniendo en práctica el suicidio o un accidente automovilístico. Al rendirse, ella también goza de la posibilidad de ser feliz eternamente estando sujeta a los placeres mundanos, y de alguna manera sirve de resorte moral ante los excesos de Nyles.
Peter Gallagher y Jacqueline Obradors. Imagen de Hulu. |
Estos personajes, interpretados maravillosamente por Samberg y Milioti, me parecen muy contagiosos y logran cautivarme con la química que desarrollan en cada escena con las disputas de pareja, los días de relajación en la piscina de la casa, las noches de locura en que salen de fiesta para drogarse y emborracharse y causar un alboroto en las nupcias, la cacería desatada por Roy para tratar de vengarse de Nyles por haberlo atrapado en la burbuja estacional que le impide regresar con su familia, la culpa generada por los encuentros casuales y los errores del pasado, los constantes suicidios como vía de escapada para reiniciar el día, la noche apasionada en la que hacen el amor para encender la mecha de la atracción y el enamoramiento.
El tono ligero y jovial de sus acciones se transforma radicalmente en desesperanza y desilusión, una seriedad que los responsabiliza de sus actos cuando aparece la ruptura amorosa causada por el hecho de que Nyles, además de confesar que ama a Sarah, desea vivir por siempre en esa realidad reiterativa y Sarah, por el contrario, decide por su propia iniciativa ausentarse para estudiar una forma de huir de la maldición del tiempo, cosa que descubre al darse cuenta que la solución del fenómeno se fundamenta en el estudio de la física cuántica, poniéndolo a prueba llevando a una cabra con explosivos a los interiores de la caverna. Sarah en el fondo no solo lo hace para fugarse, sino, también, para sanar el corazón alexitímico de Nyles. Al final, un día 10 de noviembre, ambos escapan de la frustración y aprenden el verdadero significado del amor y de la comprensión mutua.
Meredith Hagner y Andy Samberg. Foto de Hulu. |
Con esa retorcida historia de amor al servicio de lo absurdo, Barbakow me impresiona cuando añade capas de lecturas debajo de la comedia y el romance para comunicar una elegante parábola sobre la unión amorosa y las etapas que atraviesan en el tiempo para mantener la convivencia y preservar la tolerancia y el afecto mutuo. Asimismo aborda sutilmente la filosofía del eterno retorno sin caer en la trivialidad, señalando los acontecimientos circulares y las eventualidades ilimitadas que estructuran el relato para acentuar las contrariedades, los sacrificios y los temores que modifican los hábitos cotidianos de la pareja, comunicando, dicho sea de paso, la imposibilidad de que todo las disparidades que ocurren durante la relación es un producto de la naturaleza volátil de los sentimientos. La gente se cansa de lo mismo y se adapta al cambio para seguir amando el camino finito de la vida.
Cristin Milioti y Andy Samberg. Fotograma de Hulu. |
No sé lo que estaba pensando Barbakow y su guionista Andy Siara para tomar la premisa de los ciclos cronológicos que tanto se ha utilizado sin hundirse en el vórtice de la reincidencia innecesaria. Pero lo que conciben le que cae como anillo al dedo. Palm Springs es una comedia romántica que revitaliza el género agregando originalidad con una trama contagiosa, un humor inteligente y personajes alocados que en ninguna escena dejan de hacerme reír ni de pensar en el ensortijado orbe que habitan. El ritmo no disminuye jamás. Cuando termina, abro los ojos y siento que me despierto en la mañana con una sonrisa en la cara, sabiendo que la experiencia ha valido la pena.
Ficha técnica
Título original: Palm Springs
Año: 2020
Duración: 1 hr 30 min
País: Estados Unidos
Director: Max Barbakow
Guion: Andy Siara
Música: Matthew Compton
Fotografía: Quyen Tran
Montaje: Andrew Dickler, Matt Friedman
Reparto: Andy Samberg, Cristin Milioti, J.K. Simmons, Meredith Hagner
Calificación: 7/10
Título original: Palm Springs
Año: 2020
Duración: 1 hr 30 min
País: Estados Unidos
Director: Max Barbakow
Guion: Andy Siara
Música: Matthew Compton
Fotografía: Quyen Tran
Montaje: Andrew Dickler, Matt Friedman
Reparto: Andy Samberg, Cristin Milioti, J.K. Simmons, Meredith Hagner
Calificación: 7/10
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