Tenía un tiempo sin ver una sátira política tan sencilla, afilada y divertida como
El gran McGinty, la primera película como director de Preston Sturges. Creo que me cautiva, principalmente, por esa espléndida actuación de Brian Donlevy como el vagabundo que prueba el lado oscuro de la política. La protagoniza Donlevy acompañado de secundarios como Muriel Angelus y Akim Tamiroff. Una anécdota afirma que en 1939 Sturges le vendió el guión a la Paramount por solo diez dólares con la única condición de que se le permitiera dirigirla. El resto es historia. Relata la experiencia de Dan McGinty, el cantinero de un bar en una república bananera que, a través de un prolongado racconto, le cuenta a una bailarina y a un borracho desilusionado su ascenso y caída como político en una ciudad de los Estados Unidos durante la Gran Depresión. Su historia me resulta muy contagiosa cuando es un vagabundo al que le ofrecen sobornos para votar usando un nombre falso en las elecciones municipales, ganándose la confianza de un jefe político local, haciendo el trabajo sucio durante las campañas, convirtiéndose en una figura política de prestigio bajo la sombra del jefe que controla todos los partidos, adquiriendo el poder a base de corrupción y tareas fraudulentas para obtener el cargo de alcalde, casándose por conveniencia con una esposa idealista para ampliar su imagen de candidato. Por alguna razón, esa trama me la han contado varias veces, pero consigo olvidarme de ello al apreciar la puesta en escena de Sturges, en la que abundan los diálogos repletos de ironía que casi me matan de la risa, las acciones cómicas de unos personajes carismáticos y el control de la elipsis (con la sobreimpresión y el fundido encadenado) que logra que el ritmo de la crónica se cohesione como la primera plana de un periódico. Todo es ágil, sobrio, perspicaz. Hay una buena química del reparto. Me atrapa la actuación de Donley como ese hombre duro que es víctima de los claroscuros del poder político; también Angelus como la esposa devota y Tamiroff como el jefe estereotipado. Con ellos Sturges elabora un comentario muy escueto sobre la moralidad de los servidores públicos, el precio del poder y los límites de la corrupción política en la esfera gubernamental, sin perder el sentido de ingenio para parodiarlos en situaciones ridículas. El componente satírico no deja de parecerme relevante. Es una película entretenida del director de
Los viajes de Sullivan.
Ficha técnica
Título original: The Great McGinty
Año: 1940
Duración: 1 hr 22 min
País: Estados Unidos
Director: Preston Sturges
Guion: Preston Sturges
Música: Friedrich Hollaender
Fotografía: William C. Mellor
Reparto: Brian Donlevy, Muriel Angelus, Akim Tamiroff,
Calificación: 7/10
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