Desconocía que podía reírme tanto viendo a William Powell haciendo payasadas, pero se despejan todas mis dudas una vez que veo Love Crazy, de Jack Conway. No paro de reír. Como comedia screwball, tiene situaciones sorpresivas y unos gags muy divertidos que consiguen el efecto deseado con la presencia maravillosa de William Powell y Myrna Loy. Es la undécima de las catorce películas que filmaron juntos. La trama sigue al arquitecto Steve y a su esposa Susan Ireland, una pareja felizmente casada que celebra su cuarto aniversario de bodas en los interiores de un lujoso hotel. Todo transcurre con cierta normalidad, entre besuqueos, pasión, excentricidades y la visita inesperada de la suegra. Pero cuando Susan descubre que Steve estuvo en el apartamento de su antigua novia, Isobel, piensa de inmediato que es un marido infiel y decide pedir el divorcio, a pesar de que solo se trata de un malentendido. El detonante funciona, supongo, para que el protagonista resuelva el conflicto demostrando por cualquier medio posible que está dispuesto a hacer lo que sea con tal de recuperar el amor de su esposa y sanar la herida matrimonial. Eso incluye una serie de escenas divertidísimas, como la escena del ascensor en el que Steve se queda atrapado con la antigua novia, la escena de la mentira piadosa de Steve que levanta las sospechas de Susan, la estrategia de Susan en el apartamento del vecino para que Steve se ponga celoso, la del juicio en la que Steve finge que está loco para retrasar el divorcio, las alocadas ocurrencias de Steve en el manicomio. Conway captura las locuras de los protagonistas con un ritmo trepidante en el que cada escena contiene una comicidad que se preserva por la ironía de los diálogos, las circunstancias absurdas y la expresividad de los intérpretes. Yo casi creo que Powell está loco de remate. Su actuación como Steve se roba la pantalla con los gestos exagerados y la destreza física que demuestra para que los gags absurdos funcionen con cierta ligereza, sin pretensiones innecesarias. A él lo acompañan roles secundarios estupendos, especialmente de Loy como la esposa celosa y confundida, Jack Carson como el vecino petulante y entrometido, Florence Bates como la suegra chismosa y Gail Patrick como la otra mujer. Con ellos, mi sentido del humor se queda satisfecho. Es una comedia romántica muy entretenida sobre celos, locura y amor.
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Título original: Love Crazy
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