Crítica breve de 'Comportarse como adultos' (2019)

Comportarse como adultos
Quizás, Comportarse como adultos, de Costa-Gavras, es un drama político que maneja un alegato interesante sobre las raíces de una crisis económica y el poder burocrático, pero su abundancia de exposición y un maniqueísmo innecesario me aburre hasta que me deja de importar la clase de economía y política. Además de subrayar los ejes de la crisis económica griega, la única razón que me ha llevado a verla, supongo, es que se trata de la primera película de Gavras filmada en Grecia, así como también marca su regreso a ese cine político de denuncia por el que es conocido, aunque ya no tenga el vigor de antaño y solo queden los recuerdos de películas memorables como Desaparecido o Z. Está basada en el libro de memorias Adults in the Room: My Battle with Europe's Deep Establishment, de Yanis Varoufakis. Se ambienta en 2015, tras la victoria de Syriza en las elecciones legislativas griegas, y cuenta la historia de Yanis Varoufakis, quien como ministro de finanzas recibe el encargo del primer ministro, Alexis Tsipras, para que negocie un nuevo acuerdo sobre el memorando de entendimiento firmado por la administración anterior con la Troika, en un intento de evitar que se agriete todavía más la enorme deuda que amenaza con colapsar a la economía de Grecia. La trama tiene un arranque que tiene a su disposición toda mi atención, pero luego me comienza a molestar la reiteración que lastra la narrativa hasta quitarle cualquier rastro de sorpresa a su didactismo político-económico, con unos personajes planos que solo discuten a puertas cerradas para rellenar un comentario izquierdoso demasiado obvio. Sobran las conversaciones en interiores. Me cansa el diálogo expositivo cuando Varoufakis se enfrenta al establishment del Eurogrupo y recibe las negativas de los señores poderosos de saco y corbata que amenazan con dejar a su suerte a ese endeudado pueblo griego, en una perpetua dictadura de la austeridad. El protagonista, interpretado por Christos Loulis, asume el rol con cierto carisma, aunque termina siendo un poco superficial. No sé si se trate de autoindulgencia, pero Varoufakis se presenta como un personaje que, aparentemente, es rebelde y sabe más de economía y geopolítica que todos los burócratas del FMI, el BCE y la CE, los cuales, por el contrario, son presentados por Gavras como seres inhumanos y tiránicos. Y no dudo que sea así, pero me encantaría ver una versión que no sea tan maniquea.

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Calificación: 5/10

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