Crítica breve de 'El hijo del caíd' (1926)

El hijo del caíd

Aunque no creo que se trate de un entretenimiento mudo de primer nivel, El hijo del caíd, de George Fitzmaurice, me hace pasar un rato placentero con su melodrama del desierto protagonizado por Rudolph Valentino. Fue la última película de Valentino antes de su muerte inesperada por peritonitis a la edad de 31 años, el 23 de agosto de 1926, ocurrida menos de dos semanas antes del estreno. Está basada en la novela homónima de Edith Maude Hull, y es una secuela de la exitosa película de 1921 El caíd, también protagonizada por Valentino. El guión, firmado por Frances Marion, cuenta la historia de Ahmed, el hijo de un jeque árabe que se enamora de una bailarina exótica que vive encarcelada en el negocio de unos bandidos del desierto. En un principio la trama atraviesa los terrenos comunes y previsibles del melodrama silente, en el que la ironía calculada hace que los amantes colisionen una y otra vez hasta enamorarse apasionadamente, pero a medida que avanza me contagia ver a Ahmed en algunas escenas de acción en las que combate a los bandidos renegados con capa y espada, montando a caballo en las dunas del desierto, discutiendo con el padre autoritario, rescatando a la damisela en peligro de las garras de los villanos. M parece estupenda la química que atestiguo entre Valentino y Vilma Bánky. La última actuación de Valentino me resulta cautivadora cuando, doblemente, interpreta al hijo rebelde y al padre exigente, con un histrionismo que ilumina la puesta en escena y me toma por sorpresa, pues tardo un tiempo en darme cuenta, quizá por el maquillaje, de que se trata de él mismo. También la de Bánky como la bailarina de las caderas de oro que desea escapar de la cárcel heteropatriarcal, y Bull Montana como el jocoso bandido oportunista. La estética de Fitzmaurice los encuadra con sutileza, aprovechando el gran plano general para evocar esas preciosas panorámicas del desierto y los decorados pomposos en los escenarios interiores y, en ocasiones, el primer plano para subrayar las emociones intensas y la expresividad de los protagónicos. Me sorprende, asimismo, el recurso de pantalla dividida con el que consigue encuadrar a Valentino dos veces en el mismo plano medio. El ritmo es acogedor durante una hora y diez minutos. Y la climática secuencia de la persecución es espectacular. Es una aventura agradable sobre amor, valentía y vínculos paternales. 



Ficha técnica 
Título original: The Son of the Sheik
Año: 1926
Duración:  1 hr 09 min
País: Estados Unidos
Director: George Fitzmaurice
Guion: Frances Marion, Fred De Gresac
Música: Artur Guttmann
Fotografía: George Barnes
Reparto: Rudolph Valentino, Vilma Bánky, George Fawcett,
Calificación: 7/10





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