Le dedico cerca de dos horas a
Como un torrente y me doy cuenta de inmediato de que es una película de Minnelli rodada con cierta elegancia, en la que hay una buena química del reparto encabezado por Frank Sinatra, Dean Martin, Arthur Kennedy y Shrirley MacLaine, pero me temo que como melodrama resulta un poco inane su premisa sobre amor imposible, conflictos familiares y heridas de guerra, poblada de un collage de personajes planos construidos, aparentemente, en una superficie de cartón. Su argumento, basado en la novela homónima de James Jones, cuenta la historia de Dave Hirsh, un veterano de guerra solitario y de naturaleza rebelde que regresa a su pueblo para tratar de reconstruir su atormentada existencia. De una manera rutinaria, el conflicto central gira en torno a la psicología fragmentada de Hirsh, dando vueltas mientras retrata su imposibilidad de adaptarse al entorno social, el inestable vínculo que sostiene con su adinerado hermano y su familia, la amistad que entabla con un borracho que se gana la vida como jugador clandestino de póker y el triángulo amoroso que tiene con una maestra literaria y con una prostituta. La insistencia de Minnelli de reiterar las vicisitudes de los personajes secundarios, algunos de los cuales solo funcionan para esbozar descripciones triviales que se desarrollan a medias, a mi parecer, debilita lentamente el estudio psicológico del protagonista y el ritmo con el que da inicio la trama, a pesar de que el empleo correcto del CinemaScope encuadra con cierta teatralidad las inquietudes colectivas de algunos de ellos. Los diálogos anémicos que recitan no me revelan nada cautivador. El tono novelesco con el que abraza el melodrama me aburre y carece de la ironía y del magnetismo que encuentro en joyas de Sirk y de Stahl. Sinatra interpreta al personaje con una expresividad un poco blanda que me hace pensar que lo hizo a desganas, con un estoicismo defectuoso, sin ningún tipo de textura psicológica cuando mantiene en la superficie el cinismo, la soledad y la amargura inamovible que supuestamente le impide exteriorizar sus sentimientos. Solo me resulta conmovedora la actuación de MacLaine como Ginny Moorehead, la golfa dependiente e histérica que lo sacrifica todo por el veterano perdido. Y también la secuencia del clímax en la feria, ejecutada con cierta destreza con el encuadre móvil y la música extradiegética de Berstein, en la que el amor se convierte tragedia en cuestión de segundos. El resto es olvidable.
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Ficha técnicaTítulo original: Some Came RunningAño: 1958
Duración: 2 hr 17 min
País: Estados Unidos
Director: Vincente Minnelli
Guion: John Patrick, Arthur Sheekman
Música: Elmer Bernstein
Fotografía: William H. Daniels
Reparto: Frank Sinatra, Dean Martin, Shirley MacLaine, Martha Hyer, Arthur Kennedy
Calificación: 5/10
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