Crítica breve de 'Por el mal camino' (1933)

Por el mal camino
Por el mal camino es un melodrama pre-Code que, a mi parecer, refleja de forma muy entretenida las inquietudes sociales que eran comunes en el cine de Hollywood de principios de los 30, especialmente el de la Warner Bros. Es una película de dirige Archie Mayo, ese buen artesano especializado en varios géneros. Como es de esperar, Mayo ilustra de una manera bastante didáctica un drama social sobre los reformatorios, con una estupenda interpretación de James Cagney. Tras una larga secuencia que sirve de prólogo presentando las travesuras y el perfil delictivo de unos adolescentes liderados por el rebelde Jimmy, narra la historia de Patsy Gargan, un antiguo gánster al que los políticos corruptos le devuelven un favor otorgándole el puesto de supervisor de un reformatorio. El argumento presenta, primero, el trato inhumano y autoritario del administrador del reformatorio que trata a los adolescentes que pasan por allí como si fueran unos perros y, segundo, el proceso adecuado de corrección social pautado por el gánster reformado que simpatiza por los niños que son víctimas de los abusos y maltratos recibidos por el encargado despiadado. La justificación del protagonista para ayudar a los muchachos se construye, en parte, por el hecho de que en el pasado, cuando era un delincuente juvenil, también pasó por el reformatorio y vivió en carne propia el azote de los alcaldes del infierno, por lo que ahora emplea sus relaciones para administrar el recinto y, por defecto, cambiar la manera en que se manejan las cosas allí, educándolos a su manera y orientándolos moralmente para que encajen en la sociedad como hombres de bien. Mayo no solo muestra que el criminal se puede reformar socialmente, sino que también tiene derecho a la redención moral para ir por el buen camino. Su crítica social habla sobre el funcionamiento interno de los reformatorios estadounidenses, pero también de la manera adecuada de corregir el comportamiento antisocial de los jóvenes, representada quizá con mayor efecto en la secuencia de la rebelión. La actuación de Cagney me parece muy convincente como el gánster reformado al servicio de los adolescentes desprotegidos y confundidos. También hay roles secundarios notables de Frankie Darro como el cabecilla indomable y de Madge Evans como la enfermera romanticona. Pero a fin de cuentas la presencia de Cagney ensombrece a los demás en su posición de figura patriarcal, el tipo duro con la voz de ametralladora. Cuando Cagney habla, los demás se callan y escuchan.

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Ficha técnica
Título original: The Mayor of Hell
Año: 1933
Duración: 1 hr 30 min
País: Estados Unidos
Director: Archie Mayo, Michael Curtiz (sin acreditar)
Guion: Edward Chodorov
Música: Leo F. Forbstein, Bernhard Kaun
Fotografía: Barney McGill, Merrit B. Gerstad
Reparto:  James Cagney, Madge Evans, Frankie Darro,
Calificación: 7/10

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