Con la vida en un hilo es una película que refleja con bastante solvencia las inquietudes estéticas tempranas de Sydney Pollack como director. Se trata de su ópera prima, rodada luego de una larga trayectoria dirigiendo series para la televisión. La trama, firmada con un guion de Stirling Silliphant que a la vez se basa en un artículo publicado en la revista Life, relata un fragmento de la vida de un estudiante universitario de psicología que trabaja prestando sus servicios de voluntario en la línea de prevención de suicidios de un centro de emergencias y que una noche cualquiera, solo en la oficina, recibe la llamada de una mujer desilusionada que asegura haber ingerido una cantidad considerable de pastillas de barbitúrico con el fin de suicidarse. Todo el conflicto se desarrolla alrededor de la conversación que sostiene ese hombre honesto y solidario que intenta salvarle la vida por teléfono a una mujer desesperanzada que anhela desahogarse por las tragedias personales del pasado y un matrimonio en crisis, mientras de paso los agentes de la ley intentan rastrear la llamada para dar con el paradero de ella. Con una narrativa que avanza como una carrera a contrarreloj, el drama no solo muestra la dura tarea de los auxiliares de las líneas de emergencia que desde el teléfono salvan la vida de esa gente con tendencias suicidas que llama para pedir ayuda y buscar un poco de afecto, sino además la ardua labor de los oficiales de la policía para rastrear las llamadas telefónicas. Pollack la dirige con un pulso tenso y emocionante, en una puesta en escena que emplea mayormente una sola locación para mostrar las acciones de los personajes, aunque alejada diametralmente de cualquier intención de teatralidad, aprovechando el espacio y el primer plano para ampliar el espectro emocional del asunto, ejecutando varias veces la analepsis para rememorar las decisiones desesperadas de la mujer y el sonido diegético de la voz melancólica que el psicólogo escucha por teléfono para conocer los motivos por los cuales ella se quiere suicidar. La banda sonora de Quincy Jones también es muy acertada con la selección de jazz que captura la vibra sesentera. Y puede que pierda el ritmo en algunas escenas, pero el resultado me parece bastante conmovedor por las soberbias actuaciones que ilustran Sidney Poitier y Anne Bancroft al otro lado del teléfono. Cuando ellos conversan, siento que escucho algo verdaderamente relevante.
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Ficha técnicaTítulo original: The Slender ThreadAño: 1965
Duración: 1 hr 33 min
País: Estados Unidos
Director: Sydney Pollack
Guion: Stirling Silliphant
Música: Quincy Jones
Fotografía: Loyal Griggs
Reparto: Sidney Poitier, Anne Bancroft, Telly Savalas,
Calificación: 7/10
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