Crítica breve de 'Duna' (1984)

Duna es una película épica de ciencia ficción adaptada de la popular novela de Frank Herbert que, desafortunadamente, representa la mancha indeleble el catálogo de David Lynch como director. Fue un fracaso comercial y crítico, siendo catalogada como una de las peores películas estrenadas en 1984. Particularmente, no tuve la oportunidad de verla hasta varios años después en televisión por cable, y con el paso del tiempo apenas recordaba sus imágenes. Hoy la recupero por completo y puedo decir, sin temor a equivocarme, que no se trata del bodrio colosal que muchos afirman que es, tiene momentos diminutos construyendo su mundo de ciencia ficción con proeza visual, pero la falta de cohesión interna le pasa factura de inmediato al desarrollo fracturado de personajes y a una trama que se desenvuelve de una manera apresurada y errática. A pesar de todo, el rompecabezas se entiende. Se ambienta en el año 10 191, donde se describe el conflicto entre clanes de familias muy poderosas que luchan por controlar un elemento que se encuentra en un planeta completamente desértico llamado Arrakis. El protagonista es Paul Atreides, el joven heredero de la familia que controla los recursos del planeta Arrakis que lucha en contra de las fuerzas externas de un emperador megalómano que busca destruir a su familia y adueñarse del valioso químico, mientras lidia con los conflictos internos y las visiones que lo colocan en el sendero de la figura mesiánica de una religión, cuya profecía dice que vendrá para liberar a un pueblo. En la odisea de ese mesías con poderes psíquicos hay luchas con escudos corporales, sueños proféticos, gusanos gigantes de arena, naves espaciales, batallas interplanetarias, peleas con cuchillos, emperadores galácticos, brujas telepáticas con voces de soprano. Pero su aventura fantástica es previsible, carente de emoción, y la mayoría de los personajes se introducen de manera precipitada para cumplir con las convenciones del género y las descripciones del guion, además de subtramas inconexas que a rato se quedan en el aire y unos diálogos baladíes que los personajes recitan como si fueran robots al servicio de la exposición. El revoltijo de acciones paralelas entorpece el ritmo de la narración con algunos problemas de continuidad. Al menos Kyle MacLachlan asume su rol protagónico con convicción. Y son entendibles los temas sobre el poder, el comercio, la opresión, la religión y el liderazgo. De vez en cuando, lo único que me asombra es el tono atmosférico y bizarro conseguido en las secuencias del desierto con los efectos especiales, además de los decorados y del vestuario que captura la esencia de la novela. La música de Brian Eno y de Toto es comida para mis oídos cuando evoca el lado solitario y misterioso de las dunas del peligro con sus sonidos electrónicos. No es para nada una película de ciencia ficción emocionante, es más bien un producto aburrido con un ensamblaje defectuoso, pero creo que una versión de director hubiera resuelto muchas de las interrogantes. El resultado hubiese sido otro si De Laurentiis le cediera el corte final a Lynch. 

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Ficha técnica
Título original: Dune
Año: 1984

Duración: 2 hr 17 min

País: Estados Unidos

Director: David Lynch

Guion: David Lynch

Música: Toto, Brian Eno

Fotografía: Freddie Francis

Reparto: Kyle MacLachlan, Francesca Annis, Jürgen Prochnow, Patrick Stewart, Kenneth McMillan, Sting, Max von Sydow, Sean Young,

Calificación: 5/10