Crítica breve de 'Llamada para un muerto' (1967)

Llamada para un muerto
Mi recorrido por la filmografía del maestro Sidney Lumet me ha quitado en el día de hoy casi dos horas con el visionado de Llamada para un muerto. Es una película bastante regular del director. A pesar del marcado estilo visual londinense, como thriller de espías su intriga se disuelve en la niebla y el rompecabezas apenas escapa de lo predecible. Su argumento, adaptado de la primera novela de Le Carré, se ambienta en el Londres de los Swinging Sixties durante la Guerra Fría y relata la misión de Charles Dobbs (George Smiley en la novela), un agente británico de inteligencia que investiga el suicidio de un funcionario del gobierno que era antiguo comunista. El arranque es más o menos tenso cuando el protagonista, como buen agente perspicaz, sigue las pistas y sospecha de que la esposa del individuo fallecido está detrás de la muerte y esconde una conspiración de doble espías rusos. Pero la trama, por así decirlo, no me causa ni frío ni calor y me mantiene en un estado de apatía cuando sigue al pie de la letra los mecanismos convencionales de la narrativa de espías, donde el protagonista conduce por las calles húmedas londinenses mientras mira por el retrovisor al hombre misterioso que lo sigue, o cuando llama por el teléfono rojo y toca las puertas para preguntar por nombres hasta tachar con un cotejo a todos los sospechosos del asesinato. La estética de Lumet encuadra la acción, mayormente, con una predisposición por el encuadre móvil y con ese estilismo atmosférico en el que la iluminación y la niebla añaden cierto realismo al escenario de espionaje en las locaciones exteriores. Todo es húmedo, grisáceo, oscuro, con una colorización en la que abunda la paleta apagada que satisface mis retinas en cada plano. El problema fundamental, supongo, es que los personajes que transitan por esos lugares carecen de fuerza para que el juego de espías sea equilibrado. Aunque son espías de carne y hueso, sin gadgets sofisticados ni pistolas Walther PPK, anticipo con mucha facilidad los pasos que da James Mason al lado del duro Harry Andrews para hallar al villano que se oculta tras las sombras, algo que sin mucho apuro es fácil de adivinar con la presencia de Maximilian Schell y de la siempre solvente Simone Signoret como esa señora atormentada por el pasado. Al menos se dejan ver, pero no quita el resultado de una propuesta mediana de espionaje.

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Ficha técnica
Título original: The Deadly Affair
Año: 1967
Duración: 1 hr 47 min
País: Reino Unido
Director: Sidney Lumet
Guion: Paul Dehn
Música: Quincy Jones
Fotografía: Freddie Young
Reparto: James Mason, Simone Signoret, Maximilian Schell, Harriet Andersson
Calificación: 6/10

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