El largo visionado de
El F.B.I. en acción me hace pensar, durante dos horas y media bastante largas, que se trata de una película en la que J. Edgar Hoover reemplaza a Mervyn LeRoy en la silla del director. No por nada las malas lenguas del rodaje afirmaban que Hoover, quien era amigo personal de LeRoy y coproductor, supervisó toda la filmación para garantizar la autenticidad y eligió personalmente a James Stewart para el papel principal porque le parecía que proyectaba una imagen honesta, además de dejar también a dos agentes del FBI para que observaran en todo momento las actividades en el set. Quiero pensar que estoy equivocado, pero es demasiado obvio. La película de LeRoy, que emplea de forma convencional y rutinaria los elementos del cine policial, parece casi un anuncio propagandístico muy apologista sobre los hombres con la placa del FBI. Las observaciones que presenta, en cierta medida, señalan las virtudes de ese popular órgano investigativo de los Estados Unidos desde la óptica de los agentes en el campo que combaten el crimen organizado para proteger a la sociedad, pero también blanquea sus defectos institucionales de una manera muy calculada. Todo luce demasiado limpio. Se ilustra con la historia de Chip Hardesty, un hombre que trabaja para la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) desde su fundación y dicta una conferencia a los nuevos agentes reclutados por la organización. La trama, estructurada como una larga escena retrospectiva en la que ocasionalmente Chip describe los incidentes con la narración en voice-over, en un principio me parece tensa, pero pronto me canso de la rutina de los agentes del orden que arrestan a psicópatas que plantan bombas, luchan contra miembros del Ku Klux Klan, investigan una serie de asesinatos de nativos americanos, persiguen espías comunistas y adquieren autoridad legal para portar ametralladoras Thompson y realizar arrestos a gánsteres notorios, sobre todo cuando se intercambian con ligeras escenas familiares para mostrar el lado paterno del protagonista. A lo largo de su metraje, me asalta la sensación de que las sorpresas escasean como la munición de una pistola y rara vez los conflictos mostrados suponen para mí un poco de intriga. Desde luego, se deja ver por Stewart, quien, como siempre, ofrece una interpretación modesta y creíble como ese policía federal que captura criminales dentro y fuera de las fronteras estatales. Pero no deja de ser un drama policial algo más que olvidable.
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Ficha técnica
Título original: The FBI StoryAño: 1959
Duración: 2 hr 29 min
País: Estados Unidos
Director: Mervyn LeRoy
Guion: John Twist, Richard L. Breen
Música: Max Steiner
Fotografía: Joseph F. Biroc
Reparto: James Stewart, Vera Miles, Murray Hamilton, Nick Adams
Calificación: 5/10
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