Crítica breve de 'El bígamo' (1953)

El bígamo

El bígamo es una película que, si no me equivoco, refleja a plenitud los tópicos de consciencia social que eran característicos en la filmografía temprana como directora de Ida Lupino durante los años 50. En esta ocasión, Lupino examina de una manera aterrizada la ética del matrimonio y los dilemas morales de la bigamia, pero, aunque su melodrama tiene momentos interesantes, tengo la sensación de que le falta pujanza dramática al relato del hombre con doble vida. A veces la demasía de condescendencia le resta complejidad al asunto al tomar la ruta unidireccional que tiene muchas interrogantes y pocas respuestas. Su protagonista es Harry, un vendedor algo sinuoso que está intentando adoptar un bebé en la ciudad de San Francisco para complacer a su esposa Eve, que no puede tener hijos. A través de un largo racconto, la trama revela que la preocupación de Harry se debe a que también vive en Los Ángeles con otra esposa, Phyllis, una camarera a la que conoció en uno de sus viajes y con la que tiene un hijo recién nacido. Como es de esperar, con este argumento Lupino dialoga con la ironía detrás del matrimonio doble en formato de triángulo amoroso, presentando el sacrificio moral de un hombre que, motivado por los impulsos de la soledad, se dispone a llenar el vacío afectivo de dos mujeres a las que verdaderamente quiere y desea hacer feliz porque sufren en silencio (una es estéril y la otra solitaria), a costa, por supuesto, de ser colocado contra la espada y la pared en el callejón sin salida del marco limítrofe de las leyes que consideran la bigamia casi como un delito. Si bien interroga la problemática en la sociedad estadounidense conservadora, nunca va más allá con su mensaje moralista y atraviesa un camino previsible que huele a indulgencia cuando el hombre bueno sin mucho apuro cuenta su versión de los hechos. La construcción de personajes es un poco esquemática y trivial, a pesar del trato heteróclito que los aleja de los estereotipos comunes con los que Hollywood representa el matrimonio. Su clima de tolerancia me resulta demasiado tibio y acomodaticio, y la supuesta angustia nunca me llega a conmover. Por lo menos ofrece una buena actuación de Edmond O'Brien, quien luce bastante creíble como el bígamo inseguro preocupado por no dañar la fragilidad sentimental de las dos mujeres que ama simultáneamente. Solo eso, digamos, impide que su propuesta de cine negro sea menos inconsistente.

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Ficha técnica
Título original: The Bigamist
Año: 1953
Duración: 1 hr 19 min
País: Estados Unidos
Director: Ida Lupino
Guion: Larry Marcus, Lou Schor, Collier Young
Música: Leith Stevens
Fotografía: George E. Diskant
Reparto: Joan Fontaine, Ida Lupino, Edmund Gwenn, Edmond O'Brien
Calificación: 6/10

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