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Mi obra maestra, una de las películas más recientes del director argentino Gastón Duprat tras esa bagatela satírica titulada
El ciudadano ilustre. En un principio me engancha por la histriónica actuación de Luis Brandoni como el pintor díscolo, pero por alguna razón encuentro superficial y un poco ligera su comedia sobre la amistad y la crisis del artista. Su humor blando ni siquiera me llega a alegrar la noche, pero a pesar de todo se deja ver. Se ambienta en la ciudad de Buenos Aires y cuenta la historia de Arturo, un galerista sofisticado e inescrupuloso que relata con la voz en off la amistad que lleva con Renzo, un pintor de tendencia fovista en decadencia cuyas pinturas han quedado en el olvido. Su estructura narrativa presenta, en una primera mitad, los intentos del galerista para convencer a su amigo de antaño a que pinte un cuadro que reanime su trayectoria artística, mientras el pintor radical y pesimista con alma de filósofo se opone con rabietas a cualquier idea que banalice su arte. En la segunda, en cambio, presenta al amnésico pintor y al galerista esbozando una estafa maestra para salirse con la suya y hacer que las obras del pintor alcancen precios elevadísimos en el mercado de las subastas de arte. Esa premisa, en cierto sentido, la recibo con los brazos abiertos porque espero algo que me sorprenda, pero a mitad de camino los cruzo de inmediato cuando tengo la sensación de que la comedia dramática no va a ninguna parte con los giros facilones y algunas escenas previsibles que no suponen para mí ninguna revelación. La trama tiene un humor que nunca me alcanza, y las ocurrencias de los personajes avanza sin ritmo por caminos convencionales. Se agradece, por supuesto, esa lectura que habla sobre la manera en que el mercado del arte desvaloriza las obras del artista y lo reduce a una mera cifra comercial al servicio de la tendencia del momento, además de satirizar la figura del artista en decadencia con un tono moralista algo tibio. Así como también la elegancia que hay en la puesta en escena y la química placentera que desarrollan Guillermo Franchella y Luis Brandoni. Uno hace de galerista oportunista y el otro, por el contrario, hace de pintor rebelde y misántropo. Lo otro lo olvido tan rápido como cuadro pintado de blanco. Es una sátira más o menos aburrida.
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Ficha técnicaTítulo original: Mi obra maestraAño: 2018
Duración: 1 hr 40 min
País: Argentina
Director: Gastón Duprat
Guion: Andrés Duprat
Música: Alejandro Kauderer, Emilio Kauderer
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro
Reparto: Guillermo Francella, Luis Brandoni, Raúl Arévalo, Andrea Frigerio,
Calificación: 6/10
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