Crítica breve de 'Habla el Mono' (1927)

Habla el mono
Habla el mono no solamente representa una pieza bastante irregular del período de cine mudo de Walsh, sino que también es una película muda bastante difícil de conseguir en una calidad decente. Según la base de datos de Silent Era: The Progressive Silent Film List, una copia positivada de 35mm es preservada por el Museo George Eastman, pero no ha sido restaurada y rara vez la han exhibido al público. Tampoco aparece en formatos de cine de video casero como VHS o DVD y nunca ha sido pasada en la televisión. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de verla gracias a la generosidad de alguien que la ha colgado en el Internet Archive. Como es habitual en la época silente de carácter circense, el argumento está poblado por personajes bizarros, melodrama vodevil con situaciones irónicas y atmósferas que evocan un mundo tan estrambótico como oscuro. Se ambienta a finales del siglo XIX en París y trata sobre Armand, un hombre que, tras la decepción sufrida al intentar conquistar a una mujer interesada comprometida con un domador de leones de circo, se une a un circo ambulante que está seriamente endeudado, donde se le ocurre la idea de disfrazar a un antiguo compañero de guerra como un mono parlante para así reanimar el espectáculo. Sobre la trama, Walsh coloca un comentario sobre la amistad, el oportunismo y el amor imposible, en la que abundan los enredos y los triángulos amorosos, iniciados cuando Armand y el acróbata disfrazado de simio (que debe ocultar su identidad para proteger el acto exitoso) se enamoran de Olivette, una hermosa trapecista; además de la subtrama de la flapper oportunista que, al no conseguir un contrato con los dueños del show, decide vengarse junto a su marido robando el mono y suplantándolo por un chimpancé verdadero. La farsa tiene sus momentos tras las cortinas parisinas, pero no consigo emocionarme por su lado tragicómico y el fatalismo del tercer acto es un poco previsible más allá del planteamiento argumental sobre el comportamiento animal del hombre que Walsh sintetiza con sus códigos visuales (fascinante el travelling vertical del clímax). Lo que me parece bastante auténtico es la pericia física de Jacques Lerner cuando asume con maestría la apariencia del hombre mono con los gestos y la caminata desequilibrada. Lerner previamente lo había interpretado en la obra teatral "Le singe qui parle", de René Fauchois. Pero aquí el primate se ve menos efectista por el trabajo de maquillaje fenomenal de Jack Pierce, en uno de sus primeros créditos como maquillador antes de maquillar a los icónicos monstruos de la Universal. A eso se suma una buena química entre Don Alvarado y Olive Borden. En términos generales, la tragicomedia en clave de amour fou no parece ofrecer nada fuera de lo ordinario, pero dado el estado deplorable en el que se conserva la copia, su visionado es necesario para estudiar la etapa temprana de Walsh.

Ficha técnica
Título original: The Monkey Talks
Año: 1927
Duración: 1 hr 02 min
País: Estados Unidos
Director: Raoul Walsh
Guion: Gordon Rigby
Música: N/A
Fotografía: L. William O'Connell
Reparto: Olive Borden, Jacques Lerner, Don Alvarado,
Calificación: 6/10



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