Crítica breve de 'Ghostbusters: el legado' (2021)

Ghostbusters: El legado

Creo que la única razón por la que he visto Ghostbusters: el legado es por ese fantasma maldito de la nostalgia que en estos tiempos viene enlatado en imágenes convertidas en productos para el consumo masivo, de esos que te hipnotizan de inmediato con solo ver la envoltura. No encuentro otra explicación para comprender cómo he perdido el tiempo viendo semejante disparate. No me cabe la menor duda de que es la peor que he visto de la franquicia, además de la más insulsa de Jason Reitman como director. Es una secuela aburrida, inerte, cuyo factor de diversión se desvanece como un fantasma en la niebla cuando atraviesa el terreno familiar del reciclaje nostálgico para dummies. Su trama, situada varios años después de que los Cazafantasmas se separaran tras derrotar a Vigo the Capartian y abandonaran el negocio, tiene como protagonista a Phoebe, una niña genio que se traslada a una granja en Summerville, Oklahoma, junto con su madre Callie y su hermano Trevor, lugar en donde descubre el equipo y los experimentos científicos de su abuelo, el Cazafantasma Egon Spengler que murió custodiando un portal para impedir que escapen los fantasmas. El aparatoso viaje de la chiquilla científica me aburre terriblemente porque su narrativa está ensamblada de una manera acomodaticia y previsible con los síntomas más comunes del síndrome Spielberg: niños ordinarios que descubren eventos extraordinarios; además de cumplir al pie de la letra con los estereotipos habituales de la cultura de la diversidad que anda de moda con mucha pretensión en los círculos inclusivos de Hollywood. De ese modo no hallo ningún tipo de sorpresa en las acciones de los personajes que confluyen paralelamente en situaciones distintas, como la madre soltera que coquetea con el sismólogo torpe, el chico que conduce el empolvado ECTO-1 para conquistar a la chica del restaurante, el par de niños curiosos que aprenden a cazar a los fantasmas con el equipo heredado del abuelo, el caos ocasionado por los fantasmas fugados, la climática secuencia en la que los nuevos Cazafantasmas luchan para sellar la actividad paranormal de los espectros con la breve ayuda a modo de Deus ex machina de los originales que aparecen como fan service. Y todo con el típico comentario de los vínculos familiares y el empoderamiento femenino más trillado. Agradezco, por supuesto, el pequeño homenaje de despedida a Harold Ramis, pero todo lo otro es un ejercicio infantilizado con un ritmo fatigoso, alejado de cualquier rastro de entretenimiento.

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Ficha técnica
Título original: Ghostbusters: Afterlife
Año: 2021
Duración: 2 hr 03 min
País: Estados Unidos
Director: Jason Reitman
Guion: Jason Reitman, Gil Kenan
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Eric Steelberg
Reparto: Carrie Coon, Paul Rudd, Finn Wolfhard, Mckenna Grace, Logan Kim, Celeste O'Connor, Dan Aykroyd, Bill Murray, Ernie Hudson, Sigourney Weaver,
Calificación: 3/10

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