Crítica breve de 'El expreso de Berlín' (1948)

El expreso de Berlín
Recuperando la filmografía de ese gran director llamado Jacques Tourneur, me ha tocado ver durante hora y media El expreso de Berlín, una película en la que conjunta el cine negro y el suspense para seguir al pie de la letra la tendencia de la época de los 40 de incorporar la fórmula de serie B en thrillers antinazis en el período posguerra. Fue la primera producción de Hollywood filmada en locaciones del Berlín de la posguerra, y se nota claramente el paso de la devastación sobre la ciudad en ruinas, con una potencia expresiva que con ojo crítico subraya los efectos de la guerra a través de una capa paisajística cercana al documental. Pero en términos narrativos, digamos, mi valoración es menor. Tiene, a mi parecer, un arranque interesante que me mantiene en estado de alerta en los interiores de un tren que huele a peligro, pero tras unos breves períodos muertos siento que el whodunit pierde el efecto de intriga cuando transita por las vías convencionales con su trama sobre conspiraciones, traición y asesinato. Se sitúa en Berlín, Alemania, recién terminada la Segunda Guerra Mundial y relata, con la voz en off de un narrador, la historia de Robert Lindley, un estadounidense que viaja tranquilo de París a Berlín en un tren fuertemente vigilado por soldados aliados, junto a un grupo de personas de diversas nacionalidades (un inglés, un francés, un par de alemanes y una mujer misteriosa que es políglota), donde como pasajero es testigo de una bomba que estalla matando a un hombre equivocado en la cabina del doctor Bernhardt, un señor que como pacifista anhela restaurar y unificar a Alemania. Con un suspenso que me recuerda el cine hitchcockniano, en un principio me dejo llevar por esa trama en la que los personajes sospechosos son obligados en Frankfurt a hacer de espías para rastrear el paradero del desaparecido y desenmascarar al culpable del homicidio. Pero en un rato tengo la sensación de que los personajes son solo estereotipos que cumplen con las motivaciones baladíes del cine espionaje más habitual y todo avanza con una acción bastante básica en la que gradualmente se ausenta la intriga para ceder el paso a lo previsible. Veo desperdiciada a la bella Merle Oberon en un rol secundario que termina siendo un adorno, así como la actuación central de Robert Ryan algo plana. Solo me cautiva decentemente ese estilo visual de Lucien Ballard que con su lente captura, con mucha autenticidad, el panorama de destrucción de las secuelas bélicas con los paisajes arquitectónicos, las calle polvorientas, las luces y las sombras casi expresionistas en las atmósferas nocturnas berlinesas y las ciudades fantasmas pobladas de escombros. Lo otro, incluyendo una parábola dúctil sobre la desconfianza política entre los aliados, es un poco soso. Hubiese funcionado mejor como documento histórico que como thriller de espías.

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Ficha técnica
Título original: Berlin Express
Año: 1948
Duración: 1 hr 27 min
País: Estados Unidos
Director: Jacques Tourneur
Guion: Curt Siodmak, Harold Medford
Música: Friedrich Hollaender
Fotografía: Lucien Ballard
Reparto: Merle Oberon, Robert Ryan, Charles Korvin, Paul Lukas, Robert Coote,
Calificación: 6/10

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