No sé si pueda colocar a Raya y el último dragón en la cima de la pirámide de cintas animadas de Disney, pero es una película que funciona adecuadamente dentro de los estándares básicos que ellos ofrecen con cierta regularidad todos los años. La aventura de esta nueva princesa de Disney está contada con gracia, sencillez y una animación tan voluble como el agua que me hace pasar un rato bastante agradable y, de vez en cuando, también me pone cavilar con su moraleja sobre la esperanza, la confianza y el poder de los vínculos humanos. En términos estéticos, comparte ciertas similitudes con Mulán. Para empezar la protagonista es una joven asiática, y su aventura se ambienta en un mundo fantástico que comparte rasgos culturales muy particulares de la mitología del sudeste asiático. Su nombre es Raya, una princesa guerrera de la tierra de Kumandra que, tras la ruptura de los cinco reinos que componen el ecosistema que ella habita (Colmillo, Corazón, Columna, Garra y Cola), transita por los páramos en busca de un dragón legendario con el fin de recuperar la gema de este que tiene el poder de traer de vuelta a su padre y desterrar a unos espíritus malignos conocidos como Druuns que convierten en piedra a todas las personas que tocan en cada región, mientras es perseguida por la rival de un reino vecino que busca lo mismo y entabla unas cuantas amistades que la ayudan a superar unos cuantos obstáculos durante el viaje. Aunque la trama se estructura siguiendo las fórmulas habituales de Disney que a veces son algo previsibles, en el camino desecha algunas mañas innecesarias para fortalecer a su protagonista femenina. El personaje de Raya es presentado como una muchacha fuerte, intrépida y lo suficientemente independiente como para valerse por sí misma, aplicando siempre sus habilidades en artes marciales para combatir contra el enemigo y escapar de las situaciones más peligrosas al lado de unos secundarios peculiares, entre los que se halla la dragona amistosa y despistada llamada Sisu, el niño huérfano Boun que dirige un restaurante flotante, y una pequeña estafadora rodeada de monos que se llama Little Noi. Todos ellos son personajes que me entretienen cuando intentan cambiar el mundo deshecho. Se nota el compromiso detrás del doblaje en inglés del reparto encabezado por Kelly Marie Tran y Awkwafina, cuyas voces me resultan contagiosas describiendo las inquietudes de los personajes. La aventura avanza con un buen ritmo, una música melodiosa y bastante sensible de James Newton Howard; y, sobre todo, cuenta con un trabajo de animación que es muy sólido renderizando en 3D los escenarios, las secuencias de acción y la rica diversidad étnica con la que se diseña cada uno de los modelos de los estereotipos asiáticos. En muy pocas ocasiones me quedo petrificado con su fábula asiática. Su cuento de empoderamiento femenino me parece emotivo, bello y tan ágil como un ninja en acción.
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Ficha técnica
Título original: Raya and the Last Dragon
Año: 2021
Duración: 1 hr 47 min
País: Estados Unidos
Director: Don Hall, Carlos López Estrada, Paul Briggs, John Ripa
Guion: Qui Nguyen, Adele Lim
Música: James Newton Howard
Fotografía: Rob Dressel
Reparto: Kelly Marie Tran, Awkwafina, Izaac Wang, Gemma Chan
Calificación: 7/10
Título original: Raya and the Last Dragon
Año: 2021
Duración: 1 hr 47 min
País: Estados Unidos
Director: Don Hall, Carlos López Estrada, Paul Briggs, John Ripa
Guion: Qui Nguyen, Adele Lim
Música: James Newton Howard
Fotografía: Rob Dressel
Reparto: Kelly Marie Tran, Awkwafina, Izaac Wang, Gemma Chan
Calificación: 7/10
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