De las pocas propuestas del cine danés que llegan por estas democracias tercermundistas, he encontrado una bastante interesante que se titula
Jinetes de la justicia, la película más reciente del director Anders Thomas Jensen. No esperaba demasiado, pero como comedia de acción me toma por sorpresa su premisa alocada sobre los vigilantes accidentales, encabezada por una gratificante actuación de Mads Mikkelsen. Desde el prólogo, en el que un anciano sacerdote de barba blanca y su nieta intentan comprar una bicicleta roja, inicia su registro de diversión y casualidades. En la trama, Mikkelsen interpreta a un hombre llamado Markus, un soldado trastornado por la guerra de Afganistán que regresa a casa para estar con su hija Mathilde, luego de que su esposa muriera en un trágico accidente de tren. Todo el argumento gira en torno a los dilemas que surgen cuando Markus se encuentra con dos hackers y con un matemático desempleado que también andaba en el tren en el que murió su esposa, el cual lo hace sospechar de que la tragedia del tren es producto de un ataque terrorista planificado por un poderoso sindicato del crimen en Dinamarca, por lo que se disponen a acabar con todos ellos como represalia, convirtiéndose de la noche a la mañana en vigilantes nocturnos. Algunas veces pisa terrenos predecibles dentro de los manuales básicos de género, pero el trayecto siempre me resulta divertido por la forma en que Jensen construye la narrativa de los personajes en las típicas encrucijadas del destino, donde la causalidad y los diálogos no iconógenos desempeñan un papel determinante para justificar acciones y comportamientos, manteniendo un tono elevado entre el drama, el humor negro escandinavo que tanto me contagia y las secuencias de tiroteos que no tienen que envidiarle nada al cine de Hollywood. Funciona bastante bien porque se toma el tiempo necesario para equilibrar los elementos genéricos. Las situaciones esperpénticas me sorprenden por la cuota finita de teoría de caos, pero ocasionalmente también me sacan unas cuantas carcajadas cuando el militar entrena a los tres nerds ineptos en la disciplina de los subfusiles para matar a los criminales ya condenados de por sí a muerte. Todos están interpretados por una química maravillosa del reparto. Pero me atrevo destacar, por encima del resto, primero, a la actuación de Mikkelsen como ese hombre frío y sinuoso que está perturbado por la guerra y profundamente afligido por la muerte de su esposa, que busca el camino de la venganza en clave de violencia irracional sin pensar en las consecuencias de sus actos (aunque mata a los que verdaderamente le robaron la bicicleta a su hija), mientras como padre intenta además fortificar el vínculo que lleva con su hija adolescente. También la secundaria de Nikolaj Lie Kaas como el científico incompetente que esconde el pasado trágico de haber perdido a su familia. Quizá el ritmo disminuya un poco en un tramo específico, pero logra recuperar la consistencia tonal con el amplio aparato de comicidad, transgresión y las extrañas coincidencias que atan a esos justicieros daneses a conflictos inesperados.
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Ficha técnica
Título original: Riders of Justice (Retfærdighedens ryttere)
Año: 2020
Duración: 1 hr 56 min
País: Dinamarca
Director: Anders Thomas Jensen
Guion: Anders Thomas Jensen
Música: Jeppe Kaas
Fotografía: Kasper Tuxen
Reparto: Mads Mikkelsen, Nikolaj Lie Kaas, Gustav Lindh, Roland Møller, Nicolas Bro,
Calificación: 7/10
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