Crítica breve de 'Los vencidos' (1953)

Los vencidos
Durante una hora y más de cincuenta minutos permanezco sentado en completo estado de indiferencia mientras veo las imágenes de Los vencidos, la tercera película del director italiano Michelangelo Antonioni, rodada tres años después de ese debut inolvidable titulado Crónica de un amor. Aquí adquiere algunos de los registros estilísticos que más tarde estructurarían algunas de sus obras maestras. Antonioni la presenta como una antología social en clave psicológica para examinar la insatisfacción y la enorme angustia existencial de la juventud moderna en el período posguerra, pero por alguna razón percibo una ausencia de brío en sus relatos amorales, sobre todo porque se quedan a medio camino entre el neorrealismo y el drama psicológico más inane. Los tres relatos muestran, en cierta medida, los impulsos homicidas de varios jóvenes en diferentes ciudades europeas. El primero se sitúa en Francia, donde dos adolescentes de clase obrera, que andan de picnic con algunas chicas, deciden matar a un amigo presumido que dice tener mucho dinero (luego de matarlo se dan cuenta de que es dinero falso). El segundo, pasa en Italia, donde el hijo único de unos burgueses se dedica al negocio del contrabando de cigarrillos y huye como fugitivo de la policía en medio de una redada, pero luego cae herido y regresa a su casa solo para morir. El tercero, quizá el más interesante por parecer una antesala de Blow-Up, sucede en Inglaterra, donde un periodista codicioso recibe la llamada telefónica de una joven que dice haber encontrado el cuerpo sin vida de una mujer en un matorral y se aprovecha para venderla a la prensa sensacionalista; pero en un giro de eventos, tras una investigación policial fallida, el mismo reportero narra su versión de los hechos y dice ser el verdadero homicida del crimen perfecto ante una corte (aunque puede que ser una falacia), saliendo impune porque no hay pruebas suficientes para condenarlo. En las tres crónicas, Antonioni, refleja la inconformidad de una generación de jóvenes que son obligados a transitar por el camino antisocial, en muchas ocasiones, por la falta de oportunidades, el desencanto y la desesperación provocada por las ansiedades en una sociedad moderna que avanza lo suficientemente rápido como para dejarlos sin nada. Los vencidos no son más que los de abajo que nunca han tenido la oportunidad de subir. El texto izquierdoso de Antonioni señala la inoperancia de las sociedades europeas posguerra para solventar los "malestares" sociales de la modernidad, y no tiene la más mínima intención de mirar para otro lado. Su trato maniqueo se mantiene entre la inercia del drama neorrealista y el thriller psicológico sin profundidad. En pocas palabras, subordina demasiado a los personajes ya de por si vacíos desde las descripciones para justificar la burda coherencia discursiva. Por lo menos, su puesta en escena, rodada casi siempre en locaciones reales, es bastante correcta cuando emplea recursos como el contracampo, la elipsis, el fuera de campo, el travelling y el plano general para comunicar la vorágine de opresión que persigue a los personajes. Solo eso impide, a mi juicio, que su propuesta sea más anémica.

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Ficha técnica
Título original: The Vanquished (I Vinti)
Año: 1953
Duración: 1 hr 53 min
País: Italia
Director: Michelangelo Antonioni
Guion: Michelangelo Antonioni, Suso Cecchi d'Amico, Giorgio Bassani, Diego Fabbri, Turi Vasile
Música: Giovanni Fusco
Fotografía: Enzo Serafin
Reparto: Franco Interlenghi, Anna-Maria Ferrero, Eduardo Ciannelli, Evi Maltagliatim,
Calificación: 6/10

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