Crítica breve de 'Cómo robar un millón' (1966)

Cómo robar un millón
Cómo robar un millón es una película de William Wyler con la paso, debo decir, un rato bastante entretenido durante las dos horas que tarda en contarme su historia. No se trata de algo fuera de serie dentro del catálogo tardío de Wyler, pero es una comedia romántica de atracos que encuentro agradable y muy divertida por la química entre Peter O' Toole y Audrey Hepburn. El argumento gira en torno a Nicole, la hija de un coleccionista y falsificador de obras de arte que, para impedir que se descubra el oficio criminal de su padre (que ha donado a un museo parisino una escultura falsificada por su abuelo de la Venus de Cellini), contrata los servicios de un carismático ladrón de guante blanco llamado Simon Demott para que esboce un plan maestro y robe la pieza falsa del museo valorada en un millón de dólares. En la trama hay giros inesperados, ambientes refinados de pura elegancia, momentos de coqueteo en las salas del museo y situaciones cómicas que a veces dibujan sobre mi rostro una sonrisa con las ocurrencias del padre despistado de ojos saltones, la hija ingeniosa, el prometido impertinente y el ratero experto de ojos azules. Las actuaciones del reparto son espléndidas, pero solo subrayo, por encima de todo, primero, la actuación de Hepburn como la bella y astuta dama de los vestidos de Givenchy (icónico el vestido de negro con el que tiene su rostro cubierto con un velo) y, segundo, la de O'Toole como el ladrón sofisticado dispuesto a asumir los riesgos por la mujer de la que se enamora. Ellos dos me mantienen pegado del asiento, bajo mucha tensión, en la secuencia del robo en el museo donde abundan los silencios, los ruidos de las alarmas, las improvisaciones sorpresivas con llaveros y boomerangs y el enamoramiento frente a estatuillas venusianas en la que, discretamente, se metaforiza el valor del amor como única escapatoria a los dilemas de la vida cotidiana. A través de los tropos habituales del género y de una ironía ciertamente contagiosa, Wyler muestra las vicisitudes de ellos de una manera cautivadora, con una mezcla encantadora entre la comedia de enredos y el cine de atracos, en una puesta en escena elegante en la que predominan los decorados suntuosos de aires sesenteros y la música orquestal de un joven John Williams que satisface mi sentido del oído con partituras que se sincronizan estupendamente con la acción y a veces subrayan el efecto cómico más inmediato. Por el lado visual, hallo correcta la predisposición por el encuadre móvil de las tareas fotográficas de Charles Lang, así como las panorámicas que capturan la belleza de las calles parisinas, los colores armonizados de tonalidad neutral, el cuidado compositivo para la distribución espacial de los personajes y el uso ocasional del primer plano. Los diálogos tienen humor debajo de la capa trivial. El ritmo mantiene el tono alegre con mucha consistencia, a pesar de que a veces luce atropellado. Por lo demás, no tengo muchas quejas. En términos generales, es una placentera comedia de atracos.

Streaming en:



Ficha técnica
Título original: How to Steal a Million
Año: 1966
Duración: 2 hr 02 min
País: Estados Unidos
Director: William Wyler
Guion: Harry Kurnitz
Música: John Williams
Fotografía: Charles Lang
Reparto: Peter O'Toole, Audrey Hepburn, Charles Boyer, Eli Wallach, Hugh Griffith,
Calificación: 7/10

0 comments:

Publicar un comentario