Especies es una de esas películas que, durante los años 90, nunca pude ver en su totalidad y siempre absorbía sus imágenes de forma esporádica, debido, quizá, a la procrastinación y al impulso de ver otras cintas del inolvidable año de 1995. Pero hoy la he revisado para saldar la deuda y, a decir verdad, no me causa ninguna emoción particular. Como film de terror y ciencia ficción tiene una premisa interesante que parece un clon erotizado de
Alien, pero atraviesa terrenos demasiado previsibles que solo consiguen que su cacería alienígena se vuelva aburrida y tontamente convencional. La trama sigue a un científico que trabaja experimentando con ingeniería genética en uno de los proyectos de SETI y es testigo en el laboratorio de la fuga de una muchacha que es un híbrido entre un ser humano y el código genético modificado a partir del mensaje recibido de una civilización extraterrestre, por lo que se ve obligado a contratar a un asesino profesional, un psiquiatra, una bióloga y un antropólogo para rastrear a la criatura que evoluciona a un ritmo veloz e impedir que se reproduzca con un macho por las calles de Los Ángeles. El arranque de la búsqueda despierta sobre mí un interés ligero por la manera en que se desarrolla esa mezcla extraña entre el thriller policial, la ciencia ficción y el horror corporal de tinta erótica, sobre todo cuando el equipo sigue las pistas de la alienígena rubia puesta en la piel de Natasha Henstridgeen, en las discotecas a las que ella va para cazar a hombres y satisfacer su necesidad de apareamiento a través de la violencia. Sin embargo, creo que su ejercicio de género comienza fallar en el momento en que los personajes, que solo responden a estereotipos superfluos, se mantienen circulando la misma rutina de persecución para impulsar la trama inútilmente con sus acciones, limitándose únicamente a frecuentar clubes nocturnos, a las conversaciones a puerta cerrada y a seguir las huellas dejadas por la bella homicida extraterrestre con poca o ninguna ayuda de las autoridades gubernamentales pertinentes, como si el reducido grupo fuera suficiente para solventar la crisis de semejante magnitud. Casi todos los personajes me resultan unidimensionales cuando hablan, caminan y sospechan, exceptuando mínimamente a Ben Kingsley como el científico malvado preocupado por la hecatombe que sucedería si las crías de la alienígena depredaran a toda la raza humana. Y no encuentro intriga o sentido de miedo por la forma tan mecánica en que suceden los sobresaltos de explotación durante las secuencias en que la depredadora sexual de otro mundo copula y mata brutalmente a los misóginos. Desde luego, Donaldson edifica un comentario interesante sobre la maternidad y la selección natural, perjudicado solo por los huecos de la trama y la sexualización barata. Y el diseño de la criatura luce aterrador en manos del mítico H.R. Giger, aunque en su versión CGI se nota desgastado por la impostura y la mediocridad, incluso para los estándares de la época. Todo lo demás, incluyendo el precipitado clímax en las alcantarillas y el final anticlimático, es, para mi gusto, pura insulsez.
Ficha técnica
Título original: Species
Año: 1995
Duración: 1 hr 48 min
País: Estados Unidos
Director: Roger Donaldson
Guion: Dennis Feldman
Música: Christopher Young
Fotografía: Andrzej Bartkowiak
Reparto: Natasha Henstridge, Ben Kingsley, Michael Madsen, Alfred Molina, Forest Whitaker, Marg Helgenberger, Michelle Williams
Calificación: 5/10
0 comments:
Publicar un comentario