El estreno de
Jurassic World: Dominio refleja lo que vengo diciendo desde hace algunos años sobre la extinción de ideas creativas en las superproducciones de Hollywood de la actualidad en donde, aparentemente, los productos clónicos e infantilizados que llegan a las salas de cine mantienen el estándar del reciclaje de fórmulas al servicio de la nostalgia. No creo ni de broma que se trate de una película entretenida, como he leído en algunos medios de dudosa reputación; es más bien todo lo contrario. Se trata de una secuela bastante aburrida que se pierde inútilmente entre persecuciones y dinosaurios generados por ordenador para cerrar una de las peores trilogías que he visto en los últimos años, sin ningún tipo de ritmo que justifique el pesado metraje de dos horas y media por el que transitan los personajes acartonados que solo están esbozados para fines nostálgicos. Su argumento se sitúa cuatro años después de
Jurassic World: el reino caído, en donde Owen Grady y Claire Dearing viven en una cabaña en las montañas de Sierra Nevada para proteger a la joven de 14 años Maisie Lockwood de las corporaciones de investigación genética que anhelan estudiar su ADN, mientras recorren un ecosistema en el que los dinosaurios extinguidos conviven libremente con los humanos y causan desastres ecológicos en varias partes del planeta. Por una parte sigue a Owen y a Claire intentando rastrear a Maisie cuando es secuestrada por unos mercenarios. Por la otra, muestra a los veteranos de la franquicia, la paleobotánica Dra. Ellie Sattler, el teórico del caos Ian Malcolm y el paleontólogo Dr. Alan Grant, cuando unen sus esfuerzos para investigar a la corporación Biosyn Genetics, cuyo CEO ha establecido una reserva de dinosaurios en las montañas para realizar experimentos con el genoma humano bajo la cortina de las aplicaciones agronómicas y farmacológicas. En términos generales, la narrativa se vuelve predecible desde las primeras secuencias que se configuran con las circunstancias de tiempos alternativos, en la que los héroes escapan sin muchos problemas de los tiroteos de los tipos malos y de las situaciones de peligro ocasionadas por los típicos dinosaurios gruñones que los persiguen para comérselos como buenos depredadores. De nada sirve que coloquen de nuevo las caras conocidas de Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum para darle forma al homenaje autorreferencial con una reunión que celebra la primera entrega, o el comentario sobre la maternidad y la protección medioambiental. Las secuencias de acción, que conjuntan la aventura y la ciencia ficción con una pirotecnia mareante, me resultan aparatosas porque solo se limitan a las persecuciones que se repiten hasta el paroxismo con alguna que otra conversación superflua sobre paleontología a modo de descanso, como si se tratara de una excursión por el parque zoológico con un guía resacado. El clímax solo evidencia que esta franquicia spielbergiana debió extinguirse muchos años atrás, pero dudo mucho que suceda por la inflada recaudación que es producto de unos fans que no se cansan de lo mismo. Me parece, francamente, una de las peores del catálogo de dinosaurios.
Ficha técnica
Título original: Jurassic World: Dominion
Año: 2022
Duración: 2 hr 27 min
País: Estados Unidos
Director: Colin Trevorrow
Guion: Emily Carmichael, Colin Trevorrow
Música: Michael Giacchino
Fotografía: John Schwartzman
Reparto: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Laura Dern, Sam Neill, Jeff Goldblum, Isabella Sermon,
Calificación: 3/10
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