Crítica de la película «Destino Tokio» (1943)

Destino Tokio
Destino Tokio es una película de Delmer Daves que por alguna razón no me causa ni frío ni calor y, dicho sea de paso, durante el visionado me asalta la sensación de que es demasiado convencional en comparación con otras cintas propagandísticas del período de la Segunda Guerra Mundial. Como vehículo de propaganda tiene, desde luego, minúsculos instantes de tensión cuando Cary Grant da las órdenes a bordo del submarino, pero, lentamente, se hunde en el mar de las fórmulas hasta extender innecesariamente una misión que resulta, ante todo, previsible. En la trama, situada en plena víspera navideña durante la conflagración, Grant interpreta a un capitán de la marina llamado Cassidy, el cual tiene la difícil tarea de comandar el submarino USS Copperfin hasta las aguas territoriales de Japón para comenzar una operación secreta de bombardeo en algunas de las instalaciones militares del enemigo. En términos generales, la narración sigue en piloto automático el manual del cine propagandístico, donde los héroes se adentran en el territorio de los enemigos de manera facilona y sin muchas complicaciones. No es muy complicado para mí predecir la trayectoria del submarino por las aguas peligrosas y el sentido de camaradería que desarrolla la tripulación a modo de alivio cómico mientras se preparan para la inevitable batalla naval, como era habitual en las producciones de la época de similar envergadura. El tono es demasiado higienizado por el lado patriotero y la ausencia de pujanza motoriza el ritmo, además de que el aparato de acción de los personajes (donde todo transcurre casi en su totalidad dentro del submarino) se reduce, mayormente, a diálogos triviales a puerta cerrada que solo se disminuyen en el clímax para iniciar la anticipada contienda subacuática entre torpedos, explosiones y efectos especiales. Sin embargo, me parece solvente la manera en que Daves, en su debut como director, ilustra la presión a la que se someten los soldados, en una puesta en escena que capta con precisión la atmósfera claustrofóbica en los interiores del submarino a través del encuadre móvil, los primeros planos, la banda sonora de Franz Waxman y unos decorados que tienen cierto nivel de detalle; destacándose, sobre todo, la secuencia de la bomba que posee un suspenso hitchcockniano que me mantiene pegado del asiento. El problema fundamental, lejos de sus pericias formales como artesano, es que no se preocupa por añadirle algo de sustancia a esos personajes que por exposición solo responden a los estereotipos comúnmente manoseados por el cine bélico de Hollywood (el comandante heroico, el recluta timorato, el mujeriego veterano, el cocinero jocoso, etc.) con la única finalidad de esbozar en la superficie un comentario patriótico sobre el llamado del deber y el vínculo de los soldados como acto de victoria. La mayoría de ellos son olvidables, pero solo destaco, por encima de todo, la presencia de Grant como el capitán audaz que ejerce la autoridad con la mirada, un par de líneas y unos binoculares. Cuando él está al mando, los demás se callan y escuchan.

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Ficha técnica
Título original: Destination Tokyo
Año: 1943
Duración: 2 hr 14 min
País: Estados Unidos
Director: Delmer Daves
Guion: Delmer Daves, Albert Maltz
Música: Franz Waxman
Fotografía: Bert Glennon
Reparto: Cary Grant, John Garfield, Alan Hale, John Ridgely, Dane Clark,
Calificación: 6/10


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