Nyad, ópera prima de ficción de los cineastas Elizabeth Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin, es un biopic que me recuerda el famoso caso de la nadadora Diana Nyad, que ocupó la atención de los medios en 2013 cuando, a la edad de 64 años y en un quinto intento, logró nadar desde Cuba hasta Florida en un largo viaje por el mar de más de 100 millas, en una hazaña controversial que, a la fecha, todavía no ha sido ratificada por la falta de observadores, la documentación incompleta en la últimas nueve horas y los registros contradictorios de los miembros de la tripulación que la monitoreaban desde un bote. Yo soy de los que están en el equipo de los que creen que ella rompió el récord en la vida real, pero, al margen de lo que sea que haya sucedido allí, esta dramatización suya estrenada en Netflix, sencillamente, no me convence del todo. En la superficie, es un biopic deportivo que se beneficia, a veces, de una actuación de mucha demanda física de Annette Bening como la nadadora sexagenaria, pero que, desafortunadamente, no es suficiente para elevar un material convencional que se hunde en los clichés de superación personal y es tan salado como el agua del Atlántico, en dos largas horas de las que no extraigo nada que sea emocionante. Tras un breve prólogo ensamblado con imágenes de archivo de los logros de la nadadora, la trama se sitúa en 2010 y sigue a Nyad en los tiempos en que es una nadadora de 60 años que, afectada por la nostalgia del pasado y los intentos inconclusos de los años 70, se dispone a entrenar para conquistar el sueño irrealizado de nadar en solitario desde la Habana, Cuba, hasta Key West, Florida. La narrativa de este peculiar asunto, en un principio, me atrapa minúsculamente desde las escenas en que la señora Nyad practica día y noche y reúne a un equipo de especialistas para que custodien los posibles percances, mientras es asistida por su compañera sentimental con el fin de que la logística en altamar se mantenga estable durante el recorrido. Sin embargo, al cabo de un rato soy asaltado por una sensación de indiferencia que se amplifica, entre otras cosas, cuando observo las situaciones en el mar que reducen las acciones de la protagonista a una repetición inagotable de
flashbacks y de golpes de efecto, colocados por la guionista no solo para acentuar los impulsos psicológicos que sirven de motivación (se entiende que Nyad busca superarse a sí misma para suprimir el duro recuerdo producido por el abuso sexual que sufrió en su adolescencia), sino, además, para extender el producto más allá de lo necesario, en unas escenas previsibles que se distribuyen en cada una de las secuencias que dramatizan los cuatro intentos fallidos de la veterana sirena antes de conquistar la gloria. Para mí no hay sorpresa alguna, incluso conociendo el destino final de la nadadora. Los personajes son simples figuras de plástico desechable que solo cumplen una función de descripción. Y me parece bastante acomodaticio el comentario sobre la resistencia y la autodeterminación de una deportista, casi como si cada plano fuese la portada de un manual de superación personal para los progres que pagan la suscripción de Netflix. Solo rescato la interpretación central de Bening, quien, a sus 65 años, prueba que la edad no es una barrera para interpretar, con su registro expresivo, a una mujer valiente que se enfrenta a sus temores internos sobre el océano, en un rol de mucha exigencia física que ofrece algo de credibilidad al nadar por los mares de lo imposible. A su lado hay una actuación tibia de Foster. Y solo escucho los ecos de la banda sonora de Desplat. Se trata, sin lugar a dudas, de un biopic aburrido que no ofrece nada que no haya visto antes con mejor resultado.
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Ficha técnica
Título original: Nyad
Año: 2023
Duración: 2 hr. 01 min.
País: Estados Unidos
Director: Elizabeth Chai Vasarhelyi, Jimmy Chin
Guion: Julia Cox
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Claudio Miranda
Reparto: Annette Bening, Jodie Foster, Rhys Ifans
Calificación: 5/10
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