Tras el espejo es una película en la que, Robert Siodmak, sigue la línea delgada de esos thrillers psicológicos con fragancia a cine negro, que eran característicos de la década de los 40 a través de los elementos compartidos de psicoanálisis, como sucede en Laura (Preminger, 1944) y Recuerda (Hitchcock, 1945). No considero que esté al mismo nivel de la inquietante La escalera de caracol, una de las grandes obras de Siodmak estrenada ese mismo año, pero sí me parece que, dentro del marco de sus propiedades, es un thriller psicológico atrapante y finamente ajustado de cine negro, que nunca pierde su sentido de intriga al narrar su trama de asesinato, celos y psicoanálisis con la formidable actuación de Olivia de Havilland, en el que a menudo Siodmak también refleja algunas de sus particularidades estéticas importadas del cine expresionista alemán. Después de un prólogo breve en el que se muestra el asesinato de un doctor en su propio apartamento, la trama se sitúa en la investigación de Scott Elliott, un psicólogo experto en el estudio de gemelos que coopera con un detective de la policía para resolver el caso de homicidio y, dicho sea de paso, demostrar si una de las gemelas sospechosas, Ruth y Terry Collins, es culpable del suceso más allá de la imposibilidad de someterlas a la justicia por la sólida coartada que tienen. De entrada, el conflicto de la narrativa se estructura con los componentes habituales del cine negro de carácter psicoanalista, en el que el doctor asume la posición del detective para resolver el crimen analizando la condición psicológica de la paciente. Pero ahora se muestra desde la perspectiva de un psicólogo que analiza con sus pruebas el comportamiento de las gemelas para determinar cuál de las dos es la culpable del asesinato, mientras la policía inepta espera en la jefatura los resultados y los episodios domésticos de las gemelas elevan la cuota de sospecha para distinguir a la dama bondadosa de la malvada femme fatale. El híbrido entre el melodrama, el cine policial y el suspenso psicológico funciona adecuadamente con los giros inesperados del guion. El juego dialéctico de las gemelas arroja unas cuantas interrogantes que me obligan a distinguirlas y, ante todo, a razonar sobre sus personalidades complejas cada vez que son sometidas a los métodos del psicólogo. De esa manera, permanezco atrapado por los diálogos del pasado de las gemelas que subrayan los antecedentes de psicosis; las pistas del psicólogo que de paso se enamora de la gemela humilde antes de tenderle una trampa a la perversa; los celos de una gemela sobre su propia hermana; la dualidad que poco a poco revela las claves del barullo. Siodmak encuadra el asunto en una puesta en escena en la que, como de costumbre, vierte sobre cada plano algunos de los valores estéticos importados del cine del expresionismo alemán que sirven para esquematizar la psicología compleja de los personajes, entre los que se encuentran el sobreencuadre, el primer plano, el plano subjetivo, los puntos de iluminación, los claroscuros que acentúan las atmósferas y el sonido diegético que puntualiza las intenciones más intrínsecas; dejando espacio para unos efectos especiales en los que suele encuadrar a De Havilland dos veces en el mismo plano para evocar la ilusión de que se trata de gemelas idénticas. También hay una buena música de Dimitri Tiomkin, que magnifica el componente de dudas con su orquesta. Por otro lado, la actuación de Lew Ayres es bastante correcta al interpretar al psicólogo honesto que investiga un crimen desde la metodología de investigación psicológica. No obstante, De Havilland se roba cada una de las escenas cuando emplea su articulado registro expresivo para interpretar por separado a dos gemelas diametralmente opuestas. Por una parte, interpreta a una mujer sincera y cariñosa que esconde las heridas de un trauma psicológico. Por la otra, mimetiza a una mujer celosa, resentida, manipuladora, que desciende al abismo de la locura cuando es testigo del rechazo de los hombres que siempre se enamoran de su hermana. Ella es el alma de la película. Su actuación representa un tour de force tan creíble que casi se sale de la pantalla.
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Ficha técnica
Título original: The Dark Mirror
Año: 1946
Duración: 1 hr. 25 min.
País: Estados Unidos
Director: Robert Siodmak
Guion: Nunnally Johnson
Música: Dimitri Tiomkin
Fotografía: Milton R. Krasner
Reparto: Olivia de Havilland, Lew Ayres, Thomas Mitchell
Calificación: 7/10
Título original: The Dark Mirror
Año: 1946
Duración: 1 hr. 25 min.
País: Estados Unidos
Director: Robert Siodmak
Guion: Nunnally Johnson
Música: Dimitri Tiomkin
Fotografía: Milton R. Krasner
Reparto: Olivia de Havilland, Lew Ayres, Thomas Mitchell
Calificación: 7/10
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