Crítica de la película «El molino maldito» (1909)

El molino maldito
El molino maldito es una película muda que consigo rastrear en las profundidades de la Internet, supongo, para investigar en la filmografía temprana que apenas sobrevive del director Alfred Machin (se estima que solo hay disponible 32 de 156 de sus películas), uno de los pioneros del cine francés que, al parecer, ha quedado relegado al olvido más allá de los pocos cinéfilos que nos aproximamos a su cine. Por lo que veo en los seis minutos que dura, Machin edifica un relato regular sobre celos, adulterio y venganza que se eleva la última escena, pero que, desafortunadamente, su atmósfera rural no es suficiente para añadir emotividad a unos personajes estereotipados que nunca escapan de la puerilidad. Su argumento se ambienta en una comunidad campesina y narra un cuento de amor imposible que inicia cuando un campesino pobre llamado Wilhem se enamora de Johanna, una mujer que también está enamorada de él pero que, por causas del destino, prefiere casarse con el rico molinero Pieter, en una ceremonia matrimonial que reúne al pueblo entero y lo coloca de lejos en un estado de pesadumbre. Incluso dentro de sus limitaciones narrativas, que me obligan a predecir fácilmente el resultado, la trama tiene un componente de suspenso que se amplifica en la climática escena en la que el campesino rico regresa en su carreta de una dura jornada de trabajo y encuentra a su mujer con otro en su propio molino, antes de descender hacia la furia que le quita cualquier rastro de moralidad para justificar su venganza sobre la esposa adúltera y el amante pendenciero. Es exactamente en esa escena donde Machin emplea algunos mecanismos de la estética del cine para subrayar el estado de ánimo cambiante a través de la elipsis, el fuera de campo y el uso proxémico del espacio (el molino acentúa simbólicamente la rabia que se agita como el viento en el interior del esposo celoso) para señalar el descenso al abismo de los personajes, utilizando a menudo el gran plano general para evocar un paisaje campesino que pasa del ambiente festivo al suspense inesperado en un abrir y cerrar de ojos. En su estilo confluye el melodrama y el suspenso más obvio, pero también el realismo campesino que adquiere su cuota de autenticidad en los escenarios y en el vestuario de los personajes. El paisaje funciona casi como una entidad complementaria que se roba el protagonismo. Aunque su impacto emocional es mínimo, se deja ver, al menos, como testimonio silente de los primeros experimentos cinematográficos de la historia del cine.

Ficha técnica
Título original: The Mill (Le moulin maudit)
Año: 1909
Duración: 06 min.
País: Bélgica
Director: Alfred Machin
Guion: Pitje Ambreville, Berryer, Mademoiselle Saunières
Música: N/A
Fotografía: Jacques Bizeul 
Reparto: Pitje Ambreville, Berryer, Mademoiselle Saunières
Calificación: 6/10



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