Crítica de la película «Alien: Romulus» (2024)

Alien: Romulus
Alien: Romulus es una película que supone ya la séptima entrega en la franquicia establecida por Ridley Scott y es, además, una que observo durante apenas dos horas para tratar de hallar el presunto factor de escalofríos que esconde. Este lapso de tiempo me parece más que suficiente para colocarla muy por debajo de las precuelas Prometeo y Alien: Convenant, que dirigió el director británico con cierto pulso porque conoce mejor que nadie su propia creación. De entrada, es una secuela en la que Fede Álvarez se apropia de las fórmulas habituales de la saga para concebir atmósferas claustrofóbicas, pero, desafortunadamente, los accesorios cosméticos no sirven de mucho para levantar una trama que, en su horizonte de sucesos, carece de tensión y cae en un abismo predecible con su escuadrón de personajes planos al servicio de la gratuidad. En esta ocasión, la trama se sitúa en una línea de tiempo entre Alien (Scott, 1979) y Aliens (Cameron, 1986). Tras el breve prólogo de una sonda espacial Weyland-Yutani que investiga los restos del USCSS Nostromo, su argumento se desarrolla cinco meses después en el año 2142 y sigue a Rain Carradine, una joven que vive al lado de un androide llamado Andy que, además, tiene como hermano adoptivo y la ayuda trabajar en una colonia ubicada en un planeta lejano en el que la corporación trata a sus trabajadores como si fueran esclavos; pero cuya vida cambia cuando se une a la expedición de unos jóvenes que, por la ambición, buscan adueñarse de una nave abandonada para huir del planeta baldío que los tiene aprisionados. En términos generales, la narrativa utiliza la fórmula básica en la que un grupo de personajes se enfrenta a un xenomorfo que mata a casi toda la tripulación mientras la más ágil, por lo regular una mujer, sobrevive a base de su instinto para proteger a los supervivientes y escapar del peligro inminente. El problema, no obstante, es que casi no hay gancho en su híbrido de terror y ciencia ficción. Álvarez opta por mostrar el material desde una superficie que, dicho sea de paso, pierde el semblante de amenaza cuando mantiene el conflicto suspendido sobre una serie de situaciones calculadas que frecuenta los lugares comunes, con unos personajes artificiosos que solo ejercen una función descriptiva para empujar las persecuciones sangrientas del monstruo que caza a los humanos y al androide. Ninguno de ellos posee la complejidad de figuras icónicas como Ellen Ripley o David. En cambio, me parecen personajes huecos que olvido tan pronto como descubro que cumplen con la agenda de los estereotipos insulsos que están de moda para colgar metáforas innecesarias a nivel subtextual sobre el racismo, la identidad, el aborto, la sexualidad, el abuso, la maternidad y el empoderamiento femenino que, en teoría, es producto de la propaganda progresista que se ha normalizado en el cine de Hollywood de la actualidad. De esta forma para mí no es muy difícil anticipar el heroísmo de la muchacha empoderada con metralleta en mano; la astucia del robot afroamericano para solventar la crisis; las decisiones apresuradas de los demás integrantes masculinos; la confrontación final en la que la mujer elimina al extraterrestre para salvar la nave de la destrucción. De todos los actores, solo David Jonsson me resulta algo orgánico como el androide con la cara asustadiza que cuestiona la ética humana. Él es el alma de la película dentro de las irregularidades. Y junto al resto del reparto es encuadrado por Álvarez en una puesta en escena en la que edifica, con cierta autenticidad, la atmósfera claustrofóbica y los decorados internos que reproducen las instalaciones industriales de la nave y los espacios sombríos de las criaturas alienígenas, a pesar de que el CGI empleado para recrear con tecnología de IA a Ian Holm parece de hace dos décadas. La música tampoco se integra con consistencia en los momentos clave. Se trata, en resumen, de una secuela que cae presa de sus propias ambiciones, sin nada intenso en sus secuencias de acción; una que es incapaz de capturar el sentido de suspense de sus predecesoras.

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Ficha técnica
Título original: Alien: Romulus
Año: 2024
Duración: 1 hr. 59 min.
País: Estados Unidos
Director: Fede Álvarez
Guion: Fede Álvarez, Rodo Sayagues
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Galo Olivares
Reparto: Cailee Spaeny, David Jonsson, Archie Renaux, Isabela Merced
Calificación: 5/10

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