Crítica de la película «El conde de Montecristo» (2024)

El conde de Montecristo
El conde de Montecristo, la nueva adaptación de la famosísima novela de Alejandro Dumas, es una película francesa que renueva mi fe por el cine de aventuras y, dicho sea de paso, me obliga a razonar lo suficiente como para saber que bien hubiese sido producida por Hollywood hace 15 años atrás, porque es una producción de Pathé que apuesta por ese aire de clasicismo que parece cada día como el recuerdo de una era pasada. Es, incluso, la segunda película sobre la obra de Dumas estrenada en este siglo, tras The Count of Monte Cristo (Reynolds, 2002). Los directores Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière se empeñan en mostrarla como un espectáculo que, en sus tres horas, mantiene un ritmo consistente que nunca abandona el sentido de esplendor ni el tono grandilocuente con el que se narra la entretenida aventura de época sobre traición, injusticia y venganza; sin perder de vista el rastro de unos personajes singulares atrapados en un círculo de dilemas morales. La trama se desarrolla a lo largo de varios años a principios del siglo XIX y relata la existencia de Edmond Dantès, un hombre inocente que es arrestado y acusado de ser bonapartista el mismo día de su boda, donde tiempo después es encarcelado en una prisión en una isla remota, en la que conoce a un abate recluso con el que cava un túnel para escapar y, además, descubre la anécdota de un tesoro escondido que luego pretende buscar para vengarse de los soeces que lo traicionaron y le hicieron distanciarse de su amada Mercédès, que en su ausencia se casa con el que una vez fue su mejor amigo. En términos generales, el asunto me atrapa de inmediato porque la tragedia de Dantès, entre otras cosas, se solidifica sobre la base de unos personajes envidiosos, codiciosos y corruptos que funcionan como un catalizador para dimensionar la personalidad oscura que justifica su sed de venganza durante más de dos décadas. Los diálogos tienen vocación por la ironía, las escenas están cohesionadas en su lógica interna y los personajes tienen su momento para lucirse cuando no son eclipsados por la figura del conde enmascarado que los manipula desde las sombras. El argumento está finamente ajustado en su híbrido de aventura, romance y drama histórico. El grado de intriga permanece sobre la capa de consistencia que se muestra en la fuga planificada en el Château d'If; el descubrimiento del vasto tesoro en la isla de Montecristo; la caída de Edmond al lado oscuro que lo lleva a adoptar una identidad secreta para poner en marcha su plan de venganza con la enorme fortuna; las estratagemas de Edmond cuando utiliza a dos jóvenes para ganarse la confianza y manipular desde su castillo a los tres enemigos que conspiraron en su contra. En este sentido, la actuación de Pierre Niney me resulta creíble cuando ofrece su registro expresivo para interpretar, con los gestos y el maquillaje prostético, la efigie de un héroe astuto, orgulloso, oscuro, que se niega a olvidar el pasado trágico para impulsar el objetivo de venganza que ilumina su alma perdida y alcanzar la redención en el mar de la libertad. Junto a él, hay actuaciones espléndidas del reparto de secundarios, sobre todo la de Anaïs Demoustier como la dama que responde a los latidos de su corazón con la mirada. Lo más interesante, quizás, es que todos ellos se pasean por una puesta en escena que refleja el compromiso de los cineastas por la autenticidad del período que se acentúa sobre los decorados, el vestuario, el maquillaje, iluminación romanticista y las modalidades del encuadre móvil que dinamizan las escenas con los movimientos de cámara que maneja Nicolas Bolduc. La música de Jérôme Rebotier es, de igual modo, integrada con solvencia en escenas clave. Todos estos elementos me dejan con la sensación de que estos profesionales están comprometidos con hacer que el entretenimiento sea grandioso de nuevo. Se trata, sin lugar a dudas, de una cautivante versión del clásico de Dumas.

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Ficha técnica
Título original: The Count of Monte Cristo (Le Comte de Monte-Cristo)
Año: 2024
Duración: 2 hr. 58 min.
País: Francia
Director: Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière
Guion: Matthieu Delaporte, Alexandre de La Patellière
Música: Jérôme Rebotier
Fotografía: Nicolas Bolduc
Reparto: Pierre Niney, Anaïs Demoustier, Laurent Lafitte, Anamaria Vartolomei, Vassili Schneider, Patrick Mille, Pierfrancesco Favino, Julien De Saint Jean
Calificación: 7/10



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