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El ministro de la propaganda, la segunda película del director alemán Joachim Lang, se examina con lupa revisionista la efigie del infame ministro propagandista de la Alemania nazi, Joseph Goebbels, de una manera bastante similar a lo que sucede en
La caída (Hirschbiegel, 2004). Lo que observo en su metraje de más de dos horas, supongo, no me cuenta nada que no haya visto antes con mejores resultados. Lang se empeña en edificar el biopic con una ambientación auténtica y un par de actuaciones solventes, pero, lamentablemente, su narración permanece estacionada en un terreno didáctico, tibio, que pierde pulso al reiterar el oficio del perverso burócrata nazi, sin llegar a profundizar mucho en sus orígenes como maestro de la propaganda para quedar en el registro de obviedades. El argumento se ambienta desde marzo de 1938 hasta mayo de 1945, donde Goebbels atraviesa una disputa matrimonial con su esposa Magda luego de un cuadro de adulterio y ejerce, además, las tareas de ejecutar al pie de la letra la maquinaria propagandística del Tercer Reich a través de la difusión de bulos específicamente divulgados para higienizar las políticas del régimen, mientras detrás de las cortinas demuestra toda su lealtad hacia Hitler enfrente de los otros ministros nazis. En términos generales, la narrativa presenta el asunto de Goebbels siguiendo los manuales convencionales del biopic y del drama histórico, en el que se narra, sobre un largo racconto, algunos de los episodios históricos más trascendentes del siniestro personaje. Se muestra las discusiones maritales producida por las infidelidades de Goebbels con una actriz checa; las conversaciones a puerta cerrada pagar ganarse la confianza del Führer; los discursos de propaganda redactados en el escritorio de su oficina; el control de difusión sobre las películas propagandísticas nazis de marcado carácter antisemita; la desesperación creciente para sostener el relato mientras se derrumba la dictadura fascista por el auge de la Segunda Guerra Mundial. El problema fundamental, no obstante, es que percibo una ligera capa maniquea que nunca permite que se interrogue los dilemas morales de Goebbels más allá de las descripciones artificiosas del guion que solo acentúan su maldad como un accesorio cosmético y, entre otras cosas, lo convierten en ese estereotipo común del nazi malo que, por lo regular, reduce sus acciones a los diálogos en interiores con burócratas malignos, sin lograr cuestionar la complejidad psicológica del individuo ni de su vínculo cercano con Hitler. En su síntesis discursiva, se estaciona sobre el revisionismo histórico para construir un comentario sobre el poder de la persuasión, las consecuencias de la desinformación y los límites éticos de la propaganda política como objeto de manipulación mediática, entendido como el oportunismo de un burócrata que fabrica noticias falsas no solo para solidificar la reputación frente al jefe que idolatra como fanático, sino, más bien, para distorsionar los hechos reales emitiendo información demagógica sobre la opinión pública alemana. Este texto, que se instrumentaliza sobre la banalidad del mal, es especialmente cierto cuando Goebbels es mostrado como un villano cojo, inescrupuloso, persuasivo, astuto, experto en la manipulación de las masas, que organiza la campaña de propaganda nacionalsocialista y elabora discursos de odio para custodiar el relato oficialista que encubre los crímenes del Holocausto; donde el efecto de los mecanismos de propaganda no es más que un instrumento para ocultar la deshumanización. En este sentido, encuentro correctas las actuaciones centrales de Robert Stadlober y Fritz Karl. Ellos se meten con fidelidad en la piel de sus personajes para que la reflexión sea coherente y, asimismo, son encuadrados por Lang en una puesta en escena que se destaca, dicho sea de paso, por la reproducción consistente de la época y las imágenes de material de archivo que proporcionan una mirada documental a los horrores de la guerra. Todo lo otro se ilustra, dentro de sus irregularidades, como una oportunidad perdida para explorar uno de los capítulos más oscuros de la historia del siglo XX.
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Ficha técnica
Título original: Goebbels and the Führer (Führer und Verführer)
Año: 2024
Duración: 2 hr. 15 min.
País: Alemania
Director: Joachim Lang
Guion: Joachim Lang
Música: Michael Klaukien
Fotografía: Klaus Fuxjäger
Reparto: Robert Stadlober, Fritz Karl, Franziska Weisz, Moritz Führmann
Calificación: 6/10
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