El retorno de "Draw" Egan es una película muda poco conocida de William S. Hart que constituye, entre otras cosas, uno de los primeros largometrajes de cine mudo de cinco carretes del cineasta, producidos por Thomas H. Ince para la Triangle Film Corporation a raíz de la enorme popularidad que la estrella había adquirido del público de la era. Los 50 minutos que dura me dicen que es un western mudo que apenas se ve impulsado por la presencia de Hart como el sheriff reformado, pero, por lo regular, permanece situado demasiado tiempo en el pueblo y termina en un terreno previsible que carece de gancho. En la trama, Hart interpreta a "Draw" Egan, el forajido y notorio líder de un grupo de bandidos que, después de escapar de un tiroteo con los cazarrecompensas que buscan la recompensa de mil dólares que hay sobre su cabeza, se estaciona en el pueblo remoto de Yellow Dog en el salvaje oeste, en el que consigue trabajo como alguacil y adopta el nombre falso de William Blake, restaurando la ley con su revólver y enamorándose de una dama que es hija de un político reformista local al que conoce. En términos generales, la narrativa se ensambla instaurando los arquetipos tempranos del western, en el que el pistolero con el pasado trabaja para reformarse por los crímenes mientras ayuda a imponer el orden en un poblado de gente que odia las reglas establecidas. El arranque es más o menos atrapante cuando soy testigo de las persecuciones en caballos, de las riñas entre hombres en la cantina, del coqueteo con las prostitutas, del romance entre el vaquero honesto y la chica dulce temerosa de Dios, de los tiroteos del sheriff en las calles del pueblo para poner fin al dominio de los criminales. Las escenas se distribuyen con cierto ritmo en su centro de cohesión. El problema, no obstante, es que los personajes responden a unos estereotipos que pocas veces escapan de las convenciones genéricas, y las acciones de ellos se reducen solo a las discusiones en el pueblo para resolver los dilemas morales del héroe reformado, frecuentando lugares comunes que trasladan el conflicto a la redundancia. Aprecio, por lo menos, la actuación de Hart, quien utiliza la mirada, los gestos y su mesurado registro expresivo para asumir, con cierta naturalidad, el papel de un sheriff fuerte, astuto, virtuoso con la pistola, que es respetado por todos por restaurar la ley y el orden y no tiene miedo de sincerarse consigo mismo por los pecados cometidos con su antigua identidad. Él se suele encuadrar a sí mismo en una puesta en escena que entrega algunas herramientas estéticas que se acentúan en el uso del primer plano, el plano subjetivo, el plano-contraplano, el fuera de campo, los detalles del escenario, el vestuario de época, el montaje paralelo y, ante todo, las panorámicas del gran plano general que magnifican esos paisajes del viejo Oeste. Su propuesta muda no representa algo no que no haya visto antes con mejores resultados del mismo período, pero, dicho sea de paso, ofrece una mirada temprana de los westerns que sobreviven de los años 10.
Streaming en:
Ficha técnica
Título original: The Return of Draw Egan
Año: 1916
Duración: 50 min.
País: Estados Unidos
Director: William S. Hart
Guion: C. Gardner Sullivan
Música: N/A (muda)
Fotografía: Joseph H. August
Reparto: William S. Hart, Margery Wilson, Robert McKim
Calificación: 6/10
0 comments:
Publicar un comentario