Crítica de la película «El charlatán» (2020)

El charlatán
En El charlatán, Agnieszka Holland busca abordar la vida de Jan Mikolášek, un curandero checo que alcanzó cierta popularidad en el siglo XX al curar a personas utilizando métodos cuestionables de diagnóstico y tratamiento. Lo que observo en casi dos horas me induce a pensar que, desafortunadamente, su acercamiento biográfico a este señor no tiene nada en particular que sea interesante. Como drama biográfico, examina la ambigüedad ética y el poder de la medicina alternativa, sin embargo, lo que podría haber sido un estudio complejo se convierte en un relato disperso, a menudo afectado por una dirección errática de Holland y una falta de profundidad narrativa que me hace cuestionar, en más de una ocasión, el guion de Marek Epstein. Su argumento se desarrolla a partir de la Segunda Guerra Mundial y sigue a Mikolášek cuando es mostrado como un doctor que, junto a su fiel asistente, recibe en su consultorio a diversos pacientes que llegan para ser "sanados" con unos remedios caseros hechos a base de plantas medicinales y muestras de orina de personas con otras enfermedades; pero cuya existencia cae en desagracia cuando es apresado por las autoridades comunistas que ponen en duda sus prácticas perversas. En general, la narrativa de este curandero se estructura siguiendo las pautas convencionales del biopic histórico, donde se explora, con ciertas licencias creativas, los dilemas morales del personaje a lo largo de varias décadas. Por una parte, se presenta los métodos de diagnóstico de Mikolášek y la notoria curación que llama la atención del gobierno de Checoslovaquia que sospecha de las recetas que le entrega a la gente pobre de las aldeas luego de tratar al propio presidente checoslovaco, Antonín Zápotocký. Por la otra, se muestra la caída en desgracia de Mikolášek cuando es encarcelado e interrogado por los agentes gubernamentales, mientras rememora los días de juventud en los que comenzaba a estudiar las propiedades de los frascos de orina y, ante todo, revela en su adultez la homosexualidad reprimida al establecer una relación secreta con su ayudante antes y después de la guerra. El problema principal, no obstante, es que la narrativa se vuelve anodina porque suele repetir algunas situaciones redundantes y, dicho sea de paso, reduce las acciones del protagonista a unos diálogos sosos a puerta cerrada que pocas veces interroga su psicología más allá del registro descriptivo de obviedades que lo mantiene como el sanador de nazis y comunistas que es condenado por el delito de ser homosexual. No hay gancho ni emoción. Los episodios inconexos apenas rozan la superficie del polémico personaje, dejando su desarrollo en puntos suspensivos cuando se intenta escudriñar las motivaciones de su pasado con unas escenas retrospectivas que, francamente, lo convierten en una figura desdibujada, incapaz de sostener el peso dramático de la película. Se insinúan conflictos internos y dilemas éticos, pero nunca se profundiza en ellos. En este sentido, la actuación de Ivan Trojan es un poco competente al mostrar a Mikolášek como un hombre soberbio, sinuoso, posesivo, intolerante y, a veces, hasta despótico debajo de la faceta altruista; aunque no logra salvar la falta de matices y la rigidez que no permite explorar del todo las contradicciones del herborista. Este le sirve a Holland para esquematizar un discurso sociopolítico que subraya asuntos como la fe, las facultades de la ciencia alternativa y los peligros del totalitarismo, pero lo hace de una manera higienizada que carece de un posicionamiento claro o de un cuestionario que invite al debate. El enfoque que ella adopta, entre otras cosas, ofrece una auténtica reproducción de la época y un uso notable de la iluminación que consigue atmósferas grisáceas para intentar compensar el tono melancólico en ciertas escenas. Por lo regular, su retrato sobre el gurú de la orina me da la sensación de que quiere decir algo importante, pero sin saber exactamente qué.

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Ficha técnica
Título original: Charlatan (Šarlatán)
Año: 2020
Duración: 1 hr. 58 min.
País: República Checa
Director: Agnieszka Holland
Guion: Marek Epstein
Música: Antoni Lazarkiewicz
Fotografía: Martín Strba
Reparto: Ivan Trojan, Joachim Paul Assböck, Jan Vlasák
Calificación: 5/10

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