En Estragos, Gareth Evans recupera los apuntes de su poética de la violencia para simplificar, sospecho, algunos de los códigos habituales del subgénero de matanza heroica que ya había mostrado anteriormente en La redada (2011) y La redada 2 (2014), pero ahora trasladando el asunto al cine policial de Hollywood. La fórmula operística que se pone sobre ella, a menudo como una especie de homenaje al cine de John Woo y Johnnie To, me induce a pensar lo suficiente como para saber que Evans ha vuelto a lo suyo porque, francamente, es un thriller de acción que ajusta los estereotipos policiales con consistencia y nunca deja de ser entretenido en su infierno urbano de ultraviolencia, tiroteos y giros inesperados; entregando una carga de adrenalina que me mantiene colgado del asiento durante más de hora y media cuando veo a Tom Hardy en un modo desenfrenado. En la trama, Hardy interpreta a un detective de homicidios corrupto llamado Patrick Walker que, tras una persecución policial sobre unos rateros y un negocio de drogas que sale mal, se abre camino en el submundo criminal para rescatar al hijo corrompido de un político afroamericano por una vieja deuda, mientras desentraña una red de corrupción y conspiración que involucra a policías corruptos, mafiosos chinos y ladrones de poca monta en el lugar equivocado. En general, la narrativa me parece atrapante desde el principio porque, dentro de sus limitaciones, va directo al grano para establecer el hilo conductor, en una estructura que reconstruye las piezas con escenas retrospectivas, diálogos cínicos y personajes violentos a la hora pautada. Las motivaciones de los personajes están arregladas con cierto grado de cohesión interna y sus acciones inmediatas, como estereotipos genéricos, responden a situaciones intensas que se estructuran sobre el MacGuffin de la cocaína que, entre otras cosas, funciona como un catalizador para impulsar la trama de mentiras, brutalidad y tiros que justifica la ironía cruzada con la que se desarrolla el conflicto. En este sentido pienso que es disfrutable la misión del policía violento que investiga las pistas abusando de su autoridad; el trabajo sucio de los agentes corruptos de narcóticos aliados a un teniente descontento de la tríada que roban un cargamento de drogas para venderlo; la huida de un joven ladrón y su novia latina que son buscados por los matones chinos de la tríada por estar en la escena del crimen y ser acusados de asesinato; la policía novata que indaga por su cuenta el caso para ayudar a su compañero Walker a encontrar a los jóvenes fugitivos; la intervención de la furiosa jefa de la tríada que llega a la ciudad para vengarse por la muerte de su hijo. Hay discusiones a puerta cerrada, persecuciones por las autopistas, investigaciones al estilo del true crime, peleas a muerte, conteos de cuerpos y tiroteos brutales que alcanzan su punto más caótico en la secuencia de un club nocturno en el que se desata una lluvia de balas y sangre. La presencia de Hardy, por otra parte, me resulta creíble porque recurre a su pericia física y a su registro expresivo para interpretar a un policía irascible, impulsivo, violento, que trata de hallar una cuota de redención ética luego de haberse involucrado en el pasado con los colegas corruptos para ganar dinero y resolver problemas familiares. También hay roles secundarios aceptables del reparto pretensiosamente diverso. Con todos estos actores, Evans monta su espectáculo que homenajea al cine de acción de Hong Kong y, dicho sea de paso, proporciona una muestra de lo que sabe hacer con la estética del cine para entregar secuencias de acción muy frenéticas a través del montaje rítmico, las atmósferas urbanas y el encuadre móvil de una cámara en constante movimiento que amplía el epicentro de tensión. También permite que la música se integre en los momentos clave. Se trata, sin lugar a dudas, de un sólido regreso de Evans a su ejercicio de acción estilizada.
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Título original: Havoc
Duración: 1 hr. 47 min.
País: Reino Unido
Director: Gareth Evans
Guion: Gareth Evans
Fotografía: Matt Flannery
Reparto: Tom Hardy, Jessie Mei Li, Timothy Olyphant, Forest Whitaker, Luis Guzmán, Justin Cornwell, Quelin Sepulveda, Yeo Yann Yann
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